Estación de Cercanías

Gustavo y Julia

En vista del secretismo político que se ha instalado en el nuevo ayuntamiento y el vacío de noticias e información que estas disposiciones nos traen, y para cumplir religiosamente con el Sr. Director, hoy voy a hablarles de Gustavo y Julia.
Si alguno de ustedes huele a bodorrio made in Julio van mal encaminados, porque Gustavo no es un humano –aunque podríamos aprender mucho de él. “Gus” es un anciano perro de catorce años, mi perro. Este animal ha sido compañero de vivencias, alegrías y disgustos con sus andanzas de can, mi primera cría a biberón y maestro del afecto sin límites; por todo ello se ha ganado a pulso, con su lealtad, con su vitalidad y sus continuas, sinceras e inagotables muestras de afecto y agradecimiento, un lugar en la familia, y desde luego en nuestros corazones para siempre; y Julia, como habrán adivinado, tampoco tiene manos y pies. Ella es una pequeña gatita de apenas 21 días que tenemos adoptada en casa desde el pasado lunes, día en el cual mi gata y sus tres hermanos estaban condenados a morir asfixiados dentro de una bolsa de plástico en el fondo de un contenedor de basura al que fuero arrojados por su dueño –desconozco la sanción que recibirá el denunciado autor del salvaje abandono, aunque yo tengo claro cuál sería mi condena, para él y todos los que le han antecedido y le precederán. Les “invitaría”, por decreto, a colaborar con la Protectora durante un largo periodo de tiempo, para reparar esa malformación moral que tiene con los animales. Pero Julia y sus hermanos se libraron de ese final gracias a que no siempre el destino se ejecuta como está previsto, y mi familia, alguna vecina y Esther Esquembre impidieron que esta crueldad se consumase.

No es la primera vez que desde la Asociación Protectora de Animales y Plantas de Villena se hacen llamamientos a la concienciación ciudadana con respecto al trato que merecen los animales y al importante compromiso que contraemos al adoptar o comprar a uno de ellos; así como también se insiste en la esterilización como elemento imprescindible para evitar sucesos como los del lunes, que si bien son harto frecuentes, les puedo asegurar que no es lo mismo ser testigo que oyente. Debemos desterrar mentalidades pasadas a este respecto y considerar esta técnica práctica habitual y a tener en cuenta para que no haya más Julias en contenedores o cunetas. La pasada semana leímos la noticia de la situación de desbordamiento que sufre esta asociación debido a la gran cantidad de perros –en su mayoría– que les llegan diariamente, y a la escasa respuesta de adopción que se está dando. Nos decían desde la Protectora que han dejado de ser los perros mestizos los habitantes estrella de la perrera, nos contaban que cada vez es más frecuente encontrar perros de raza abandonados, síntoma inequívoco de la falta de ética y compromiso que se tiene actualmente al regalar o al comprar un animal, pues se le considera como un simple objeto sinónimo de éxito seguro en el momento (con la ternura nunca se falla) que pasa a ser un estorbo al crecer, con las sabidas consecuencias.

Considero que es deber de todos educar en el respeto hacia el mundo animal, porque no es tan difícil; basta con mirarles y observar sus conductas, que no conocen odios ni abandonos, para comprender lo mucho que nos pueden enseñar y ver cómo lo dado se nos devuelve multiplicado con creces con una sinceridad inimaginable para nosotros. No olvides que tienen sentimientos, que confían en ti y que de ti depende su vida. Si no lo sientes así mejor regala un peluche.

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