Desde este viernes, 6 de noviembre, con la apertura de las reservas para adquirir el iPhone 12 Pro y el iPhone 12 Mini, ya se puede acceder en España a la compra de toda la gama del último modelo de Apple, el esperado iPhone 12.

“Hoy comienza una nueva era para el iPhone”. Tim Cook, CEO de Apple, no se cortó un pelo a la hora de presentar uno de los productos más esperados de este accidentado 2020. De hecho, lo calificó como el iPhone que inaugura una nueva generación, algo que empieza por la apuesta por la tecnología 5G, continúa con el nuevo chip A14, el más potente diseñado nunca por los de la manzana, y concluye con una gama de teléfonos que incorporan importantes novedades y saltos de calidad –algunos de ellos recuperando y adaptando a la realidad de hoy los puntos fuertes de algunos de los modelos más valorados de generaciones anteriores–.

Descubriendo el iPhone 12

La primera sensación al sacar el nuevo iPhone 12 de la caja es de sorpresa. Quizá porque durante muchos meses nos hemos imaginado que se parecía estéticamente al iPhone 4 o 5, pero cuando lo tenemos entre las manos el diseño se justifica por sí mismo: el nuevo borde de aluminio (en el caso del iPhone 12) o de acero inoxidable (en el caso del iPhone 12 Pro) marca una línea que lleva más allá los diseños que creíamos conocer, confirmándonos que no sólo estamos ante una nueva generación, sino también que los de Cupertino han ido más lejos de lo que esperábamos.

Dejando de lado los colores –con la mayor gama que Apple haya ofrecido nunca, y que varían dependiendo del modelo elegido–, nos encontramos en mano con un iPhone que notaremos diferente en los primeros momentos, acostumbrados como estamos a los bordes redondeados desde el iPhone 6 de 2014, pero pronto se siente cómodo, y pasados unos minutos sentiremos que toda la vida estamos usando esos bordes planos que en realidad no veíamos desde el iPhone 5.

El chip A14, un monstruo

Con este prodigio del diseño y la técnica, Apple ha conseguido alcanzar un equilibrio de potencia/rendimiento/eficiencia a un nivel nunca visto. Por primera vez, un chip se ha fabricado en 5 nanómetros (un nanómetro es una mil millonésima parte de un metro). O diciéndolo de otra forma: un pelo humano tiene un diámetro aproximado de 80.000 nanómetros. Pues bien, los transistores de este chip A14 tienen un tamaño de 5 nanómetros cada uno. Son el elemento más pequeño que se puede encontrar en un circuito electrónico, prácticamente el límite físico para fabricar un transistor basado en Silicio.

¿Y eso qué significa? Pues básicamente, más potencia y menos necesidad de energía para desarrollarla. Porque esta es la auténtica clave para todo: son más densos y rápidos cuanto más pequeños son (más transistores, más potencia de procesamiento o mayor cantidad de instrucciones por ciclo), pero al ser más pequeños, la cantidad de electrones que pasan por ellos es menor, y por tanto se consume menos energía. A nivel de usuario, eso se traduce en mayor rapidez que cualquier otro dispositivo para mover apps o ejecutar cualquier orden, un menor gasto de batería y un menor calentamiento del terminal. Unas mejoras que son muy evidentes, y que se ponen totalmente de manifiesto, por ejemplo, con una importantísima mejora de las capacidades fotográficas del teléfono.

Fotografía computacional

El iPhone ahora es capaz de entender mejor las escenas, no calculando las mejoras gráficas “a bulto”, sino siendo capaz de entender todo lo que compone una imagen y aislar cada componente sabiendo lo que es. Mejora la textura de un árbol o la iluminación de una persona, contrasta un edificio, sabe que el cielo no puede aclararse demasiado porque es de noche… Esa capacidad para entender cada escena se calcula en tiempo real en base a complicados algoritmos, y ahora el iPhone es capaz de entender mejor –y más rápido– cada una de nuestras fotos, aplicando las correcciones necesarias para ofrecer unas imágenes extraordinarias.

Súper Retina XDR en todos los modelos

Con el iPhone 12 la calidad de la imagen alcanza otro nivel, y la culpable es la pantalla Súper Retina XDR que incorporan todos los modelos. Así, la diferencia del iPhone 12 con respecto al iPhone 11 es abismal: pasamos a tecnología OLED desde IPS, con lo que se gana en contraste, tonos negros más puros y una auténtica pantalla HDR a la que se le saca más partido que nunca. La resolución pasa de 1792x828 a 2532x1170 pixeles, mejorando la densidad de puntos por pulgada de 326 a 460. Todo esto, combinado consigue un increíble ratio de contraste, nos lleva a un salto de calidad brutal.

Además, la pantalla incorpora un nuevo revestimiento llamado Ceramic Shield, que consiste en insertar en el vidrio cristales de nanocerámica, mejorando la resistencia y manteniendo por supuesto la transparencia. Apple asegura que es cuatro veces más resistente que la pantalla de la generación anterior, y también que el nuevo diseño más compacto y anguloso lo hace menos propenso a roturas ante caídas accidentales.

Face ID vs Touch ID

Para concluir tenemos un problema inesperado. El Face ID, es decir, el desbloqueo del teléfono por reconocimiento facial, es mucho más cómodo que el Touch ID, el desbloque con la huella dactilar. Lo que ni Apple ni nadie sabía es que, con su nuevo modelo ya en la cadena de producción, se iba a desatar una pandemia que nos iba a obligar a llevar mascarilla, algo que está dificultando en parte una lectura rápida de datos, retrasando por tanto el desbloqueo.

Esperemos que, en próximas actualizaciones, Apple potencie Face ID y lo lleve al siguiente paso: mejorar la resolución de captura con una nueva generación cámaras que permita duplicar los datos matemáticos de nuestro rostro, permitiendo almacenar la información suficiente como para validarnos aun llevando mascarilla (que tapa el 50% de la superficie de nuestro rostro).

Aun así, y a modo de conclusión, estamos, con diferencia, ante el mejor teléfono diseñado jamás por Apple. Y eso son palabras mayores. A disfrutarlo.