Fiestas

Juan Flor, un artista del diseño festero

Desde hace años, este diseñador acapara los primeros premios de diseño de trajes para escuadras especiales

Las escuadras especiales forman parte de nuestras fiestas desde hace más de 40 años, siendo un importante trampolín para las fiestas de moros y cristianos, pues con ellas se rompe la monotonía de los bloques que portan el traje oficial de las comparsas y, paralelamente a las fiestas, han creado un sector económico importante dentro del mundo laboral de Villena.

Pieza fundamental en estas escuadras especiales son los diseñadores, modistas, metalúrgicos y cómo no, las personas que durante los desfiles portan el producto final de estos artistas artesanos que elaboran los trajes. Juan Flor Azorín es el diseñador que en los últimos años está acaparando los primeros premios en las fiestas de Villena. Todo empieza en su estudio, “cuando los representantes de las escuadras se acercan para ver el diseño, que previamente me han encargado, es a partir de este momento cuando la elaboración del traje comienza a tomar forma”, nos comenta. “En unas ocasiones y según a la comparsa que pertenezca esta escuadra, el rigor histórico es parte fundamental del diseño, pero no nos equivoquemos, nadie en el medievo iba vestido con los trajes que se pasean por los desfiles: sería imposible desfilar bajo el sol de verano, aunque según qué comparsa hay que diseñar bajo los parámetros característicos de ésta, valga como ejemplo la comparsa de Piratas”.

Abbasíes, Sarracenos, Watusis, Caballeros de la Mano Alada, Caribes, Cruzados y Morgan, entre otras, han sido las escuadras de nuestra ciudad a las que en algún momento ha aportado sus diseños, consiguiendo en los últimos años con los Morgan y los Caballeros de la Mano Alada hasta diez primeros premios, entregados el día 9 de septiembre desde el balcón de la Casa del Festero al finalizar los actos festeros. Para Juan Flor, “los premios son importantes, ya que el sacrificio económico, sin contar las horas perdidas durante el año para elaborar el traje, es importante, y a nadie amarga un dulce, mucho menos cuando este premio se concede en Villena, que es la pasarela elegida por otras ciudades festeras para alquilar los trajes de escuadra especial para sus fiestas patronales, y desde el punto de vista del autor, también te sueles llevar una alegría, pues te ves recompensado, pero cuando más alegría sientes sobre todo es en el momento en que dicen el nombre de la escuadra ganadora y ves a los componentes saltar de alegría. Ése es el momento más efusivo para mí”, añade Flor Azorín.

Riesgo e innovación
Nunca hay que dar un paso atrás cuando hablas de diseño de trajes, siempre hay que mirar adelante y estar pendiente de la moda, ya que en algunas ocasiones te sorprende ver cómo alguna de las ideas que has llevado a cabo se plasman en los desfiles de moda. También hay que tener muy en cuenta las telas a utilizar y la bisutería más actual, ya que en este momento se están utilizando telas procedentes de la India, que en ocasiones son el complemento ideal para el exotismo que quieres imprimir al traje, sobre todo si es para una escuadra femenina, continúa diciendo Juan Flor.

El momento crucial para la realización de cualquier diseño es cuando tomas el lápiz y el papel está en blanco –entre risas Flor recuerda una frase de Picasso, que decía que “si me viene la inspiración, que me pille trabajando”–. Ese momento, nos relata el artista, se me ha quedado grabado en mi memoria sobre todo en dos ocasiones: cuando comencé a trabajar en los diseños para trajes oficiales de comparsas en 1988, momento en que se permitió desfilar a la mujer con pleno derecho en las fiestas, pues se me encargaron dos trajes oficiales femeninos para las comparsas de Bereberes y Piratas. La responsabilidad que recaía sobre mí la noté en demasía, pero gracias a Dios se consiguieron llevar a cabo estos dos trajes oficiales, y digo responsabilidad porque en las escuadras especiales es significativa esta responsabilidad, sabes que si no “pega” el traje se puede mejorar el próximo año, pero en estos dos casos es diferente, ya que este traje queda para siempre en la comparsa como traje oficial, y si no aciertas hay que comenzar a ponerle parches en años venideros con lo cual se desvirtúa el traje de la comparsa. Como decía anteriormente, gracias a Dios los dos trajes –Bereberas y Piratas– quedaron bien y el resultado está en la calle, todo el mundo puede verlos y disfrutar del colorido de ambos, y me siento orgulloso de ver el magnífico resultado que han dado y sobre todo de los comentarios del público en general, festeros o no, que los sitúan entre los mejores trajes que desde el año 88 se han confeccionado para las mujeres.

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