Economía

La Asociación de Fabricantes de Calzado dona a AMIF su sede, un local de 360 metros en perfecto estado

La Asociación de Fabricantes de Calzado de Villena y comarca se despide a lo grande. Mermada por la crisis y el cierre de fábricas, su última decisión les honra y les hace dignos de todo aplauso: donar altruistamente su sede, un local de 360 metros cuadrados en perfecto estado, a la Asociación de Personas con Discapacidad Física, AMIF.
Luis Martínez, expresidente de la asociación, recorría la historia de la entidad señalando que “una crisis nos trajo y otra se nos ha llevado”. Fue a mediados de los 80 cuando los industriales, dañados por una grave crisis económica, decidieron unir sus fuerzas para poder realizar campañas de promoción y marketing a nivel nacional. Surgió así, en 1988, el grupo de promoción Calzado de Villena, integrado por 89 fabricantes, cuya primera campaña publicitaria, dirigida a 9.000 comercios, estuvo respaldada por 63 empresas, incluyó spots en las televisiones autonómicas y tuvo un coste de 60 millones de pesetas. Con el tiempo, acabaron convirtiéndose en asociación y en 1996 compraron su local, ubicado en la calle José María Pemán, donde se instaló la sede de la patronal zapatera, su central de compras y su servicio mancomunado de prevención de riesgos laborales, mientras se seguía apostando por promocionar bajo el paraguas “Calzado de Villena” la producción local recurriendo a figuras como Juan Carlos Ferrero o Paco Torreblanca.

En 2010, ya comenzada la crisis, cesó la actividad de la entidad en Villena, fusionándose con la patronal de Elche y traspasando su personal, al frente del cual siempre ha estado Joaquín Marco, para quien Luis Martínez no tenía más que palabras de elogio por su “esfuerzo y trabajo, una persona vital, ideólogo de nuestras campañas y siempre volcado con la industria del calzado”.

O para AMIF, o para el Asilo o para todas las asociaciones
Finalmente, y en asamblea, los industriales decidieron que “el local tenía que ser para el pueblo”, por lo que abrieron el proceso para decidir qué asociación benéfica lo recibía. Fueron dos las seleccionadas finalmente, y tras visitar sus sedes se concluyó que “ambas lo merecían, pero por el estado de sus instalaciones, AMIF lo necesitaba más”. Por ello, los empresarios se decantaron por donar el local a esta última, algo para lo que solo han puesto dos condiciones: “En primer lugar, que sea usado para los fines exclusivos de AMIF o, si deciden ceder parte del espacio, para los fines de otra asociación benéfica. Y en según lugar, que si AMIF cesa su actividad, el local sea cedido al Asilo, y si el asilo lo rechaza, puesto en venta y repartido el dinero entre todas las asociaciones sociosanitarias locales”, concluía Luis Martínez.

Vicente Belando, actual y último presidente de la asociación, señalaba que estamos ante un “día triste”, y agradecía el “esfuerzo y el trabajo realizado por los fabricantes y los trabajadores del calzado durante tantos años”. Reivindicando “los millones de veces que hemos llevado el nombre de Villena por el mundo en cada caja, planta, etiqueta o factura de nuestros zapatos”, invitaba a acercarse a la mesa a los industriales presentes, testigos de la firma de una donación que supone el fin de una asociación histórica en nuestra ciudad.

Un sector “bajo mínimos”
Preguntados por la situación actual del sector, mostraban su preocupación, señalando que “son muchos los motivos que nos han llevado a estar bajo mínimos”. Entre ellos, la competencia asiática, el cambio de costumbres y la preferencia de los consumidores por el calzado deportivo o de baja calidad, el cierre de muchos pequeños comercios o la baja natalidad, algo con especial incidencia en Villena, especializada en calzado infantil. “Ni siquiera en Villena se consume el calzado fabricado aquí, los que sobrevivimos a día de hoy lo hacemos gracias a las exportaciones”, concluían.

Un nuevo reto para AMIF
La otra cara de la moneda era AMIF, cuyo presidente, Antonio Ruescas, agradecía de todo corazón la donación, que va a permitir a la asociación “seguir luchando y trabajando por lo que creemos, que es defender los derechos de las personas con discapacidad y luchar por mejorar su vida”. Acordándose de sus “usuarios, familiares, trabajadores y voluntarios”, Ruescas repasaba la historia de la entidad desde sus inicios en la Casa de la Cultura, que les cedía un espacio una hora a la semana, hasta su traslado a su sede actual, alquilada, gracias a la iniciativa de la empresa villenense Factoría la Fam. Asimismo, recordaba la figura de Manuel Hernández Llorca, “ideólogo y primer presidente de AMIF”.

El nuevo local supone un gran reto para AMIF. “Más espacio para talleres, almacenaje, reuniones… Vamos a poder dar más servicios, y nuestro reto a medio y largo plazo será homologar nuestras aulas para poder impartir formación y conseguir la calificación como Centro de Día. No será fácil, pero vamos a pelear por ello”, concluía, explicando que el traslado se realizará lo antes posible, cuando se acometan unas pequeñas mejoras para favorecer la accesibilidad, y reiterando su agradecimiento y el de AMIF a la Asociación de Fabricantes de Calzado, “un ejemplo de responsabilidad social hasta el fin y un legado, el local, que les honra como personas y como empresarios”.

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