Estación de Cercanías

La Era de las Super-Woman

¡Va por nosotras! Por las mujeres que hoy en día creemos haber conseguido la liberación, y digo bien, creemos, porque si estar en posesión del don de la ubicuidad, como el santo de Porres, es liberación, paren el mundo que yo me bajo.
¡Viva la mujer moderna¡ El ser moderna hoy en día es sinónimo de profesional independiente con trabajo fuera de casa, con ingresos propios, con vida social propia; hoy en día nosotras tenemos el control de todos nuestros actos y decisiones. Hasta aquí todo muy idílico, genial, se ha conseguido lo que durante muchos siglos se nos ha negado. Ahora bien, todo tiene una cara oculta, el yin y el yang, y por supuesto la incorporación de la mujer a la sociedad con nombre propio y al mercado laboral, también.

Muchas de nosotras (las modernas) tenemos hijos a los que cuidar y educar, mutando con sumo cuidado la cantidad presencial que antes nos ofrecían nuestras madres por la calidad, que es lo que podemos ofrecer ahora. Intentando mantener el equilibrio justo en este proceso, nos vemos abocadas a ser funambulistas de circo, combinando a las Santas Abuelas (qué seríamos sin ellas) con las horas de colegio (que ésa es otra), con las clases de ingles, ballet, música, dibujo, etcétera… que hay para después del colegio y con hacerte presente en su vida con el rango que te pertenece, el de madre.

A todo esto, teniendo que soportar continuamente en los medios de comunicación que España es el país de la Unión Europea con menos natalidad, a la santa madre Iglesia pregonando el progresivo deterioro de la familia tal como ellos la conciben y al Ministro de Hacienda de turno con el discursito de siempre: nuestro país envejece y las pensiones del día de mañana serán insostenibles… ¡Por favor!, menos demagogia y más soluciones, menos bla, bla, bla y más colegios con puertas abiertas los meses de verano, menos institucionalizar el modelo de familia y más apoyo a cualquier tipo de unión que forme un hogar.

En el trabajo el panorama no es mucho mejor: continuos codazos para ocupar el lugar que te corresponde por conocimientos, preparación y experiencia, luchando por demostrar que estás donde estás por méritos propios, porque tú lo vales, intentando que el día que vayas a trabajar en minifalda porque te da la gana no sea un día de fiesta entre los compañeros, porque claro, si luego hay acoso sexual en el trabajo, que haberlo haylo, y más de lo que imaginamos, la culpa es tuya por ir a trabajar con ropa insinuante.

Y por si esto fuera poco, no podemos olvidar ni descuidar nuestro aspecto físico. Ya se encargan las llamadas revistas rosas (negra me ponen a mí) de pregonar en sus páginas los pasos a seguir, los cánones que marca la moda temporada tras temporada, las dietas a las que puedes recurrir (la de la alcachofa, el plátano, la almendra…) con resultados maravillosos en una semana y las actividades deportivas con las que ayudarte en tu recorrido sin tregua hacia la talla 38 (aeróbic, natación, pilates…). Y por supuesto, sus trucos de amor para encima ser perfecta también con tu pareja, la amante ideal, la esposa ideal…

Me niego a ser moderna en estos términos. De nosotras depende el continuar por este camino diseñado por los demás o empezar a tomar posiciones que nos permitan desarrollar nuestras vidas sin morir en el intento. Para ello tenemos el ejemplo de la infanta Cristina. Ella si es una súper woman, fiel reflejo de la mujer española actual.

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