Verdes

La Fishing Cup

El Índice de Desarrollo Humano es la herramienta con la que Naciones Unidas mide el bienestar de nuestra sociedad, a través suyo conocemos aquello que nos proporciona calidad de vida: acceso a la educación, sistema público de seguridad social, cuidado del medioambiente, gestión de los residuos,... Sin embargo no encontraremos entre esos criterios la celebración de grandes eventos deportivos o la construcción de parques de atracciones: en el listado de la ONU, naturalmente, se prima lo imprescindible --educación, sanidad, entorno-- sobre lo accesorio.
Es por eso que llama la atención como la Comunidad Valenciana se ha lanzado a la construcción de grandes parques de ocio, faraónicos edificios “para la cultura” y múltiples complejos turísticos sin que exista todavía una red de tratamiento de residuos preparada para posibles eventualidades como la sucedida en la valenciana localidad de Albal.

En estos días el sistema autonómico ha demostrado sus evidentes límites y contradicciones, la principal: cómo es posible que vertederos de la provincia de Alicante deban hacerse cargo de las 3.000 toneladas generadas en una localidad cercana a Valencia. Los responsables de Reciclados del Mediterráneo han explicado que los residuos que podían haber llegado a Villena suponen en realidad lo que recoge la planta en sólo tres días, es decir, unas 1.000 toneladas. Hablamos de lo que generan en 72 horas los 250.000 habitantes que administra el vertedero de los Cabezos, imaginemos pues esas cifras multiplicadas por la magnitud de Valencia y su área urbana: 1,5 millones de habitantes. Las cuentas salen fácilmente: el sistema de la capital debería ser suficiente para albergar sin problemas las 3.000 Tm. de residuos generados tras el incendio de Albal. Pero la realidad ha disipado toda duda: efectivamente, el sistema autonómico de gestión de residuos es ineficaz y poco claro, circunstancias que agravan la situación de Villena como receptora de vertidos.

Sin embargo, la posible llegada de tres millones de kilos de pescado en proceso de descomposición no ha sido motivo suficiente para que autoridades locales y autonómicas hayan aclarado públicamente el proceso y los motivos de tan largo e innecesario viaje. Más bien al contrario, en lugar de contar con la información de la Alcaldesa o la concejal de Calidad Ambiental, el portavoz del Partido Popular, José Joaquín Valiente, ha comparecido públicamente, no para dar noticia de las negociaciones existentes, sino para llamar mentirosos a los responsables políticos del resto de grupos, sin aportar razones contrarias y para reconocer a posteriori que teníamos razón: los residuos han venido a Villena.

No hay duda del posicionamiento del grupo municipal Verde: no nos oponemos a la llegada de esos residuos, sí nos hemos negado a que fuera el total de los tres millones de kilos y hemos planteado preguntas pertinentes que preocupan a la ciudadanía y deberían ocupar al Ayuntamiento: ¿habrá compensaciones por contribuir a agotar antes la capacidad del vertedero?, ¿realmente es buena opción que los residuos recorran más de 100 km. en 120 camiones?, ¿existe un plan de contingencias?.

La preocupación que hemos sentido la ciudadanía, también Los Verdes, ha logrado finalmente que Villena no asumiera la mayor parte de la materia quemada, pero el expediente sigue abierto. Estamos a la espera de respuesta a las solicitudes escritas que hemos cursado al Ayuntamiento: registro de entradas y salidas de mercancía del vertedero, Plan de Actuación de Conselleria, contratos de adjudicación de los vertederos, etc.

El siniestro de Albal y el conflicto de Villena nos han enseñado que la Conselleria de Medio Ambiente no gestiona convenientemente nuestros residuos, resultando nuestra ciudad una recurrente víctima de esa mala coordinación. Sin lugar a dudas un mayor interés y presupuesto para este creciente problema contribuirá a mejorar nuestra calidad de vida, mucho más que inversiones en circuitos automovilísticos, eventos taurinos y regatas elitistas. Todo ello recordando además que una administración pública más interesada en invertir en negocios privados que en potenciar los servicios públicos huele bastante peor que el pescado podrido.

Catalina Hernández Martínez y Fco. Javier Esquembre Menor
Concejales Grupo Municipal Verde

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