Sociedad

La osa y el madroño

Coincidiendo con el centenario del nacimiento del escultor villenense Antonio Navarro Santafé –hoy ve la luz en Villena su biografía–, se ha originado una polémica en Madrid respecto al sexo del oso que aparece en su escudo, un símbolo reproducido por Navarro Santafé en uno de sus trabajos más famosos y conocidos. A continuación, reproducimos un artículo al respecto publicado en El País.
El castizo oso que desde hace 800 años se alimenta de un madroño en el escudo de Madrid no es oso sino osa. Eso es lo que asegura el Consejo de las Mujeres del Municipio de Madrid, que reivindica que se reconozca el verdadero sexo del animal que simboliza a la ciudad. Esta organización ha lanzado la campaña con el lema “Soy una osa”. De este modo, el Consejo de las Mujeres del Municipio de Madrid quiere "dar a conocer que el animal que es el símbolo de la ciudad de Madrid no es un oso sino una osa". No se trata de un intento de cambiarle el sexo, sino de devolverle el que siempre tuvo, siempre según la versión de este grupo de mujeres, que asegura que el cambiazo se produjo en el siglo XIII. El consejo explica que, según la heráldica, "en 1222 la Clerecía (el brazo Eclesiástico) y el Concejo (el brazo militar y civil) cambian la "osa paciente" en un caso, y la "osa rampante" en otro, por un oso... le cambian el sexo, y como en tantas ocasiones en la historia se invisibiliza lo femenino". La representante del Consejo Lola Pérez Carracedo denuncia que este caso, en el que "se ha tergiversado la historia", queriendo llamar la atención sobre que "muchas veces al sexo femenino se le ha ido ocultando".

La transmutación de osa en oso
El caso es que la polémica no es ni mucho menos nueva y pueden encontrarse referencias en libros y páginas de Internet. En la propia web del Ayuntamiento puede leerse como curiosidad: "¿Sabías que el oso que aparece en el escudo de la ciudad es en realidad una osa, que representa la constelación de la Osa Menor?". Sobre su origen, la Enciclopedia Libre Universal en Español, que describe el escudo como "un oso de sable apoyado en un madroño de sinople frutado de gules con bordura de azur cargada de siete estrellas de plata de seis puntas y al timbre una corona real abierta", explica que desde el año 1211 el rey Alfonso VIII usaba para sus campañas lanzadas desde Madrid una enseña con un "oso prieto en campo de plata", animal muy abundante en los campos de la zona. En esta época, no tenía ni estrellas ni arbolito ni corona. Esta enciclopedia también cita indicios de que podría tratarse de una osa. Al emblema inicial le pintaron en el lomo siete estrellas y parece que la estrella Polar era la que estaba en la dirección de su rabo. "Los genealogistas han querido ver en estas estrellas y en el oso la alusión a la constelación de Bootes tan íntimamente ligada al mito de las dos Osas o del Carro. Se basan para ello en decir que Madrid estaba en lo que se llama Carpetania y que Carpetum en latín quiere decir carro. En este caso, no se trataría de un oso, sino de una osa. Lo cierto es que durante bastante tiempo el escudo de Madrid fue éste: un oso (tal vez osa) pintado sobre azur, con siete estrellas sobre su lomo y paciendo sobre pasto verde", dice el artículo.

La enciclopedia alude también al pleito entre el Concejo y la Clerecía que cita la asociación de mujeres y explica que ambos organismos se disputaban "el disfrute del monte y tierras de pasto de los alrededores de Madrid hasta la sierra". Tras 20 años de lucha, "llegaron por fin a un acuerdo en los siguientes términos: se daría a la Villa de Madrid todos los pies de árbol y la caza y al Cabildo eclesiástico todos los pastos". Para que el acuerdo quedara bien sellado y para memoria de todos se acordó que el escudo de la Villa "llevaría el oso (u osa) con el añadido de un árbol", y el escudo del Cabildo "llevaría el mismo animal paciendo en unos pastos".

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