La pesadilla de Martin Luther King
Abandonad toda esperanza, salmo 116º
Antes de que lo mataran a sangre fría, a Martin Luther King le dio tiempo a soñar con un mundo en el que blancos y negros convivieran en paz y armonía, un mundo donde todos se rigieran por las mismas normas y toda la población, independientemente del color de su piel, disfrutara de las mismas oportunidades de prosperar. Pero algunos no entendieron su célebre proclama en la Marcha a Washington de 1963, o sí lo entendieron y lo aplicaron mal. Este fue el caso de Frank Lucas, un afroamericano que pasó de ser chófer y guardaespaldas de Bumpy Johnson, el capo de la mafia negra de Harlem, a sucederle tras su muerte, convirtiéndose así en el más poderoso traficante de droga del lugar durante la década de los 70.
American Gangster, la reciente y espléndida película de Ridley Scott, relata la ascensión y caída de Lucas, al que interpreta un soberbio Denzel Washington, de manera paralela a la cruzada del último policía íntegro (excepcional Russell Crowe) que se propuso desmantelar su negocio... y acabó consiguiéndolo. De esta forma, el film narra la perversión del sueño del reverendo Nobel de la Paz: Lucas, además de un criminal, fue un auténtico pionero que puso su particular grano de arena en el camino hacia la igualdad racial, aunque fuese del lado equivocado de la ley. Al hilo merece destacarse la secuencia en que el protagonista, bromeando, afirma que el retratado en una fotografía es Martin Luther King, cuando en realidad se trata del fallecido Bumpy.
Finalmente, American Gangster se constituye como un gran fresco social, sobrio y sin concesiones a la galería (los estallidos de violencia, por ejemplo, son escasos y comedidos), y de una meticulosidad cercana al documental, que viene a retratar el lado más oscuro (ojo, no es un chiste racista) del Sueño Americano.
Otros mafiosos de color, aunque de ficción, son los protagonistas de Inner City Blues, el cómic con el que Fatima Ammari-B y Brüno homenajean al cine blaxploitation que triunfó en los 70, películas que mimetizaban algunos de los rasgos del cine comercial en producciones hechas por y para gente negra, y que en algunos casos acabaron trascendiendo sus modestas pretensiones y se convirtieron en verdaderos éxitos de taquilla.
La obra, que recibe su título del último single editado en vida por la leyenda del soul Marvin Gaye, transcurre en Inner City, donde dos hermanos, ladrones de coches de poca monta, acabarán viéndose implicados en una cruenta guerra entre bandas de gángsters rivales.
Los fanáticos del cine de mafiosos de baja estofa, de Abel Ferrara a Quentin Tarantino, disfrutarán con esta trepidante historia, que juega con el tiempo volviendo atrás y adelante, en un cómic de acabado impecable repleto de referencias a la cultura afroamericana. Se recomienda, eso sí, amenizar la lectura con la audición de Whats Going On.
American Gangster se proyecta en cines de toda España; Inner City Blues está editado por Glénat.