Fiestas

La portada de nuestro Suplemento Especial: La Conversión del Moro al Cristianismo

“La Conversión de Villena tiene un valor religioso incuestionable pero, además, es un vestigio del pasado que hay que conservar intacto e inalterado, igual que conservamos el Tesoro, el Castillo o la Iglesia de Santiago…”
El texto de la Conversión de Villena es la fusión de dos textos distintos y escritos en épocas muy diferentes. El texto antiguo es una comedia de Moros y Cristianos que se debió de escribir en la primera mitad del siglo XVII y se titulaba “Coloquio al Santo Nacimiento de nuestro Señor Jesu-Christo entre un Moro y un Christiano”, y se representó durante los siglos XVI y XVII en las fiestas de muchos pueblos y ciudades que celebraban fiestas, fueran o no de moros y cristianos. Por suerte, conocemos el nombre de su autor, Diego de Ornedillo, porque figura en la última estrofa, como era costumbre en la época. Esta comedia fue editada en el siglo XVIII, concretamente entre 1741 y 1765, según indica la ortografía utilizada en ella, ya que esta edición fue posterior a la reforma ortográfica de 1741 y anterior a la de 1765. Se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid y es el mismo texto que el de la Conversión de Villena editado en 1915. Este mismo texto se ha conservado hasta la actualidad en las Fiestas de Moros y Cristianos de lugares muy alejados de Villena, como en Campillo de Arenas y Carchalejo, ambos en la provincia de Jaén, en varias poblaciones de la provincia Granada y en alguna de las provincias de Tarragona y Murcia.

A principios del siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia (1808-1813), el mismo autor del texto de las Embajadas de Villena escribió un nuevo texto para la Conversión, que se ha utilizado también en la Conversión de Banyeres, en la de Bocairent y en la de Fontanars ya desde el siglo XIX, aunque no se puede saber para qué población se escribió y en cuál se utilizó primero. La fecha en la que se escribió se deduce fácilmente de la clara alusión al rey José I Bonaparte y a su esposa que figura en la última estrofa del texto de Villena. Este rey José sólo puede ser José I Bonaparte, que reinó en España entre 1808 y 1813, y los dos versos que se refieren a él y a su esposa fueron eliminados posteriormente en Banyeres y en Bocairent debido a su anacronismo. Pero éste es el dato que permite obtener la cronología de todo el texto. Posteriormente, ambos textos se fusionaron y se complementan entre sí, formando un texto único que es uno de los más antiguos que se representan en todos los pueblos que celebran Fiestas de Moros y Cristianos.

Por lo tanto, la Conversión de Villena es uno de los tesoros más preciados de nuestras fiestas, por su antigüedad y por la calidad literaria de su texto, a la vez que constituye una muestra viva de cómo se hacían las Fiestas de Moros y Cristianos en el siglo XVII. Pero, además, refleja perfectamente la mentalidad de la época en la que se escribió y la teología de la Contrarreforma. Por ello, al presenciar la representación de la Conversión, hay que tener presente que no refleja la Teología actual, sino la Teología de hace cuatro siglos. Y, naturalmente, en cuatro siglos la Teología ha cambiado. Por ello, la Conversión de Villena tiene un valor religioso incuestionable pero, además, es un vestigio del pasado que hay que conservar intacto e inalterado, igual que conservamos el Tesoro de Villena, el Castillo de la Atalaya o la Iglesia de Santiago. E igual que hay que conservar intactos e inalterados los monumentos antiguos, hay que hacer lo propio con las obras literarias, teniendo siempre presente que se debe respetar fielmente la obra original, sea arquitectónica, escultórica, pictórica o literaria. Además de su valor literario, tiene también un valor religioso y filosófico, como un auto sacramental que se podría considerar, de la misma manera que los autos sacramentales calderonianos.

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