Sociedad

La Sindicatura de Cuentas censura la adjudicación del servicio de basuras de Villena por “subjetiva”

La Sindicatura de Comptes aviva la polémica sobre la contrata de la limpieza y recogida de la basura de Villena con un informe que censura el acuerdo de adjudicación, a finales de 2013, al haberse basado fundamentalmente en criterios subjetivos.
El estudio, en el que analiza contratos locales de municipios de menos de 50.000 habitantes de la Comunidad, concluye que el entonces tripartito de Villena (Los Verdes, PSOE y Villena Centro Democrático) no cumplió “de forma razonable la normativa vigente” al conceder esa, contrata valorada en 14,9 millones, a La Generala porque a la hora de decantar el concurso “la oferta económica no tuvo preponderancia sobre los otros criterios de adjudicación, dado que la puntuación máxima que se puede dar a la misma representa, teóricamente, solo 20 puntos sobre el total de 110”. Esa circunstancia, sumada a la imposición de un límite a las ofertas a la baja (no se valoraban las que fuesen superiores a un 10%) acaba teniendo un efecto directo: se menoscaba “el principio de economía y de selección de la oferta más ventajosa económicamente”.

Esa sería, a la postre, la disfunción más destacada entre las subrayadas por la Sindicatura. Pero no la única. Su informe reprocha la falta de concreción del pliego de condiciones del concurso, en el que no se exigió que se aportase un proyecto de explotación del servicio, lo que dificultó que los técnicos que formaban parte de la mesa de contratación pudiesen valorar las ofertas. Es más, subraya que, pese a que el pliego incluye como criterios objetivos a valorar las instalaciones y las mejoras ofrecidas, “realmente no lo eran, ya que los expertos que las han valorado no lo han realizado con criterios automáticos, sino que han debido realizar una tarea previa de considerar las propuestas detalladas que eran aceptables o no, introduciendo criterios objetivos”.

El estudio llega a señalar también que la valoración “se ha realizado a partir de los precios proporcionados por los licitadores, lo que en algún casos provoca situaciones chocantes, como por ejemplo que dos ofertas cumplan aparentemente el objetivo de instalar un determinado elemento, pero se valoren de forma diferente por haber aportado los licitadores facturas con precios distintos”.

Parte de estos reproches ya fueron expuestos en el momento de la adjudicación. El grupo municipal del PP llegó a reclamar la paralización del concurso al discrepar sobre el modo en el que el edil de Servicios, Juan Richart, había manejado el expediente. También señaló anomalías la anterior concesionaria del servicio, Secopsa, que fue una de las tres licitadoras que concurrió al concurso y que se consideró perjudicada en la puntuación que se le había concedido al valorar su propuesta. El alcalde, Francisco Javier Esquembre, que ahora gobierna con mayoría absoluta, sostiene que el hecho de que no primase la oferta económica fue “un objetivo buscado”. “No queríamos la oferta más barata, queríamos la mejor, y creo que lo logramos objetivando esas mejoras, aunque ahora hayamos tenido que aplicar sanciones por incumplimientos”, dijo, añadiendo que “Estuvimos muy encima de ese pliego”.

Autor: R. N. G.
Fuente: El Mundo

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