Cultura

La trufa blanca del Piamonte, estrella de la temporada de otoño de La Teja Azul

El restaurante villenense La Teja Azul es uno de los cuatro locales de nuestra ciudad que está participando en el concurso “Tapas, Salazones y Vinos Alicante”, organizado con motivo del XII Congreso “Lo Mejor de la Gastronomía”. Cada uno de ellos ha preparado tres tapas especiales que optan, junto a las preparadas por otros 90 restaurantes de toda la provincia, a ser declaradas la Mejor Tapa de la Provincia.
Con motivo de este evento, pudimos degustar las tres propuestas preparadas por Antonio Javier Pagán y Pepi Jiménez, responsables de La Teja Azul, todas ellas regadas con vinos alicantinos: un crujiente de boquerón, presa ibérica con crujiente de mostaza y delicia de mojama, ya que una de las tapas debe llevar obligatoriamente salazones alicantinos. No obstante, La Teja Azul ha aprovechado este evento para introducir en su carta de temporada uno de los manjares más exquisitos para los amantes de la buena mesa: la trufa blanca, el ingrediente “secreto” en su tapa de presa ibérica con crujiente de mostaza.

Un lujo para los sentidos
La trufa, un hongo que vive en simbiosis con árboles como el castaño, el nogal y muy especialmente las encinas o los robles, es muy apreciada en la cocina europea debido a su aroma y sabor únicos. Existen alrededor de 30 variedades, pero sólo unas pocas son las elegidas por los verdaderos gourmets: la trufa de verano, la trufa negra, la trufa de Périgord y la trufa blanca, original de Italia, que para muchos entendidos es lo máximo en gastronomía y cuyo precio oscila entre los 4.000 y los 5.500 euros por kilo. Su época de crecimiento es muy corta, y depende mucho del clima, entre el final de verano y la entrada del invierno… precisamente ahora.

Y precisamente ahora, en plena época, es cuando La Teja Azul ha traído para sus clientes y amigos la joya de la corona: trufas blancas del Piamonte, recién cogidas en Italia y traída a España con certificado de origen y de calidad, un condimento exquisito que se puede degustar, o bien acompañando un tapa espectacular como la de presa ibérica presentada a concurso, o bien de muchas otras maneras, ya sea acompañando –rallada por encima– a un sencillo huevo frito, o dando un definitivo toque de distinción a un plato más elaborado, como huevo poché sobre puré de patatas con robellones y polvo de boletus. Sea como fuere, y en cualquiera de sus formas, un auténtico placer para el olfato y el paladar que estará a disposición de los clientes de La Teja Azul… mientras quede. No dejen pasar la oportunidad, no se arrepentirán.

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