Abandonad toda esperanza

Las edades del hombre

Abandonad toda esperanza, salmo 149º
Aunque sea usted, amable lector, consumidor habitual de cómics -no digamos ya si no ha caído en tan, a ojos de la sociedad bienpensante, reprobable vicio-, es muy posible que el nombre de Grégory Mardon no le diga absolutamente nada. Lo mismo le sucedía a servidor, pues el hándicap de no entender ni papa de francés me había mantenido alejado de su obra hasta que la editorial La Cúpula nos ha sorprendido con la traducción al español, desde el pasado mes de diciembre, de nada menos que tres creaciones suyas. La entusiasta recomendación de Raule, uno de nuestros más competentes guionistas -si todavía no han leído su estupendo Jazz Maynard, no sé a qué esperan- fue el último empujón que necesité para sumergirme en el particular universo de Mardon.

Su primer álbum, Olas en el alma, reveló a un autor de sensibilidad desbordante que, fascinado por la biografía de su abuelo, recreaba la vida de este desde que se enroló en la marina francesa para poder abandonar su pueblo natal y acabar inmerso en plena Segunda Guerra Mundial hasta que el enemigo interior, en forma de cáncer, puso fin a sus días. Un hombre, Adolphe Hérault, que siempre quiso vivir cerca del mar y cuya ausencia dejó una huella indeleble en la esposa que le sobrevivió y en el nieto que, décadas después, convirtió su vida en un álbum que puso el nombre de su autor entre los nuevos talentos de la historieta francesa a seguir con atención.

Es más que probable que también haya mucho de biográfico en las páginas de Lecciones de vida, donde Mardon, a la manera de François Truffaut en Los cuatrocientos golpes, usa la figura de un niño a modo de alter ego. Si en película tan emblemática conocimos a Antoine Doinel, aquí es el infante Jean-Pierre Martin quien abrirá los ojos a la madurez entre clase y clase, entre misa y misa, rodeado de tebeos de Atomicman, fantasiosas visitas al bosque colindante y (de nuevo como en el film citado) la sombra de sospecha de una infidelidad sobre los hombros de su madre.

Y si Lecciones de vida recuerda a Truffaut y Olas en el alma podría pasar por un film de Eric Rohmer, en Incógnito, serie de la que ya hemos podido leer la deslumbrante entrega titulada "Víctimas perfectas" y que protagoniza un triángulo afectivo marcado por el misterio y el doble juego, Mardon permite que el costumbrismo de sus ficciones precedentes se abra definitivamente a la modernidad a la manera de André Téchiné, Claude Chabrol o esos dos enfants terribles de los que puede presumir el cine galo: Leos Carax y Olivier Assayas. Obviamente, el resultado es una joya que nadie debería perderse.

Estamos pues ante tres relatos que nos descubren a un autor que hace gala de un interés indudable ya desde sus mismos comienzos pero que, lejos de apoltronarse en su mesa de dibujo, se muestra inquieto, en constante evolución, buscando formas de superar sus logros y violar sus propios límites.

Olas en el alma, Lecciones de vida e Incógnito están editados por La Cúpula.

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba