Cartas al Director

Le rien ne va plus

Lo que está pasando en este país es el no va más, el ‘rien ne va plus’ que dicen en los casinos franceses. Se descubrieron tramas cuyo único fin no ha sido otro que el de embolsarse, como si les perteneciese desde el destete, todo aquel dinero público que ha pasado por sus sucias y mangantes manos.
También ha habido lumbreras realizando amaños malabarescos para hacer entrar en cuentas numeradas, no se sabe en cual paraíso fiscal, toda la guita ajena posible, cuanta más cantidad mejor (para ellos, se entiende). Dinero perteneciente al Pueblo y que buenamente se ha dejado en sus manos para ser usado en beneficio de todos los ciudadanos, no para caer en el equívoco de creer que es un regalo y, por tanto, se lo embuchacan descaradamente y santa Rita, Rita.

Así pues, al contrario de Robin Hood, Curro Jiménez y algún otro bandolero bienhechor, estos sinvergonzones natos se apropian de lo poco que les queda a los más desfavorecidos con la finalidad de engrosar más si cabe las sacas propias. Fíjate la de jeta que se gastan los notas. Y a los verdaderamente jodidos con este expolio de bienes públicos solamente les queda la posibilidad de ‘trabajar’ para un sucio negrero explotador, sentarse en un portal a lo que salga o, en su defecto, ponerse a la puerta de un súper para extender la mano con la esperanza de que caiga en ella alguna moneda. O eso o al hoyo vamos.

Todo este rollazo viene a cuento de que, aparte de Gürtel, Nóos, los ERE y demás mandangas choriceras, en una Comunidad Autónoma sureña a unos iluminados se les dejo a su cargo un dinero público para que se usase en la formación de parados. Cosa que, como veremos, hicieron a las mil maravillas. Sin ir más lejos, lo que en realidad se les ocurrió a los fenómenos fue irse de farra gastándose de la ajena saca la nada despreciable cantidad de 15.000 napos en un sitio de esos dados en llamar “Club de Alterne”. Ahí es na.

Dejemos las cosas bien claritas: Alternar, alternarían. Pero lo que verdaderamente hicieron con el dinero para la formación de parados fue simple y llanamente ¡¡irse de putas!! Así como suena, colega. Y si por oírlo desta manera a alguno/a le da un jamacuco de esos, que vaya al médico. También podía haber llamado a las ‘chicas de alterne’ como las llamó Cela: Izas, rabizas y colipoterras, que aún suena peor. Aunque para mi madre (q.e.p.d.) siempre fueron “prostiputas”, más claro agua de la buena.

Cierto es que aparte de la mano en la saca, también metieron ‘en caliente’ la casporra por la santa patilla, esto es, sin coste propio alguno. Ignorando la cantidad de sujetos que fue a esa parranda fulanera, al buen tuntún, yo me pregunto ahora: A no ser que fuese un regimiento con sargento chusquero incluido, ¿a cuántos caquetazos por barba tuvieron que salir para que cuadren las cuentas? O son más potentes sexualmente que las bombas de Hiroshima y Naghasaki (ni ‘jarto’ vino me lo creo) o aquí las cuentas no cuadran ni a puñetazos.

Y como es normal, cuando no hay control sobre quienes han de controlar al final todos acaban metidos en el ajo. Para no marear más, éste que lo será siempre se va de birras con el dinero de su primo. Lo dicho, a quien joden cien veces, ciento una no duele. Hasta más ver, pues. ¡Au!

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