Música

Leyendas del Rock: cuando la realidad supera a la leyenda

Resulta muy complicado retomar de año en año las crónicas y balances del festival Leyendas del Rock sin temor a repetirse o incurrir en el elogio fácil, pero lo cierto es que Sufriendo & Gozando no nos deja otra opción: Leyendas del Rock es cada día más internacional, más grande y más espectacular. Y justo es reconocérselo.
Sin entrar en el baile de cifras, sí sabemos que la presente edición ha sido, con diferencia, la más multitudinaria de la historia del festival, un notable aumento de espectadores que sin embargo apenas se ha notado gracias al refuerzo del personal y al desdoblamiento de servicios como las taquillas, las barras o los puntos de venta de tickets. En algunos momentos, en especial el primer día, cuando llega el aluvión de asistentes, son inevitables las colas, pero a partir de ahí el funcionamiento es totalmente fluido y la organización resulta una maquinaria perfectamente engrasada para que todo marche según lo dispuesto.

A ello hay que sumar la consolidación de los conciertos acústicos gratuitos realizados en la Plaza Mayor, este año con Avalanch y Mike Tramp –un auténtico lujo que hay que agradecer a Marcos Rubio y Sufriendo & Gozando, especialmente por parte de los hosteleros de la zona, que hicieron dos agostos seguidos– así como el escenario de la zona de acampada, por el que han desfilado 6 bandas para amenizar la espera de los miles de instalados en el cada vez menos improvisado campamento que hay frente al polideportivo, donde las mejoras en sombra, seguridad y servicios han sido muy bien acogidas por los festivaleros, que además han agradecido un clima bastante más benigno que en años anteriores, haciendo mucho más cómoda la estancia y por supuesto agradeciendo que la temida lluvia anunciada por las previsiones quedara finalmente en un refrescante goteo sin apenas importancia.

Una propuesta de 10
En lo artístico, solo cabe quitarse el sombrero ante la propuesta de Sufriendo & Gozando, que cada año da un paso más tanto a nivel técnico –mayores escenarios, mejores equipos de luz y sonido, pantallas gigantes, bancos y gradas, comodidades para los puestos de comida y venta, etc.– como musical, con el mayor número de grupos de su historia y una clara apuesta por satisfacer a todos los seguidores de la música heavy, desde la más clásica o melódica hasta las propuestas más brutales.


Resulta imposible repasar pormenorizadamente cada concierto –durante las próximas semanas darán buena cuenta de ellos las webs y revistas especializadas–, pero sí queremos destacar algunas por su propuesta artística, calidad escénica o entrega, incluyendo por supuesto a los cabezas de cartel –Amon Amarth, Blind Guardian, Megadeth y Sabaton, los grandes triunfadores a tenor de lo expresado por los asistentes en redes sociales tras un concierto arrollador– y destacando otras actuaciones, como la vuelta de los hermanos Cavalera y su interpretación del icónico “Roots” de Sepultura, la posibilidad de disfrutar de un evento único como la vuelta de los italianos Rhapsody años después de la disolución de la banda, el lujazo que supone disfrutar de bandas míticas como UFO o Magnum, el derroche de alegría y energía de grupos como Alestorm o Battle Beast o las sorpresas que nos deparaba el escenario Mark Reale, donde propuestas como las de Mike Tramp o Diamond Head, entre otras, lograron un éxito atronador.
El denominador común de estas actuaciones: una calidad técnica que ha superado en mucho lo que habíamos visto ahora en el Leyendas del Rock, que estrenaba equipo de sonido dando un gran salto de calidad y que de año en año mejora la producción en sus escenarios, véase el despliegue de pantallas, recursos lumínicos y pirotécnicos o la presencia de espectaculares atrezzos como el barco vikingo de Amon Amarth o el tanque de Sabaton.

¿Tocando techo?
Por lo demás, lo habitual. Las instalaciones del polideportivo son un recinto inigualable para albergar eventos de este tipo, como coinciden en señalar todos los asistentes. Y todavía pueden dar mucho más de sí si se recurre a espacios hasta ahora no utilizados como los campos de fútbol de La Solana o el de césped artificial, porque lo cierto es que, tal y como lo conocemos hasta ahora, a Leyendas del Rock empiezan a cederle las costuras. Cada año son más los asistentes –los abonos puestos a la venta a un precio especial para 2018 se agotaron en un tiempo récord… y eso que aún no se había anunciado la contratación de Nightwish, primer cabeza de cartel confirmado para el año que viene– y el espacio actual ya no da más de sí, quizá un año o dos, pero no más si Leyendas del Rock sigue creciendo a este ritmo, por lo que habrá que comenzar a estudiar alternativas y el uso de nuevos espacios, así como a pulir las pequeñas fricciones existentes entre promotora y ayuntamiento, si queremos que el evento siga en Villena, algo que todos deseamos y por lo que hay que seguir peleando, ya que el beneficio cultural, social y económico para Villena es cada vez mayor.  

Así las cosas, solo queda felicitar a los organizadores por su tremendo esfuerzo y animarles a seguir trabajando para que cada año el Leyendas del Rock sea mejor que el anterior. Y por supuesto, desear que este evento siga celebrándose en Villena por muchos años.
 
Pd. No podemos dejar pasar la ocasión de agradecer a Sufriendo & Gozando el reconocimiento a nuestro director, Carlos Prats, como Heraldo de Honor 2017 de Leyendas del Rock, un orgullo que compartimos con la asociación ARMMA de Albacete y nuestro amigo y colega italiano Cesare Macchi.  

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