Los expertos exigen al Gobierno el desbloqueo del Júcar-Vinalopó para garantizar las reservas de los acuíferos
La falta de convenio que permita el trasvase desde el Júcar perjudica a la agricultura pero también sobreexplota los pozos de abastecimiento urbano
Los expertos reunidos hoy en Villena por la Unión Empresarial de la Provincia de Alicante (UEPAL), en el foro bajo el título ‘El Agua como motor de la Economía Provincial’, coincidieron en la necesidad de desbloquear la actual situación del trasvase Júcar-Vinalopó para garantizar el futuro de la agricultura en las comarcas del Vinalopó, pero también los suministros de agua de boca para las ciudades y pueblos de esta zona de la provincia de Alicante.
Los ponentes de este foro, presentado por el vicepresidente de UEPAL, Diego Menor; Vicente Richart, miembro de la Junta Central de Usuarios y Regantes del Vinalopó; Lorenzo Chinchilla, departamento técnico agrónomo de Asaja, e Ismael Gil, jefe de Explotación de la Comunidad General de Usuarios del Alto Vinalopó, consideran que los trasvases –tanto desde el Júcar como desde el Tajo– son vitales para el sistema productivo de la provincia de Alicante, el sostenimiento del empleo y los actuales niveles de contribución alicantina al PIB del Estado.
Para Richart, la actual situación del trasvase Júcar-Vinalopó es insostenible, puesto que no existe convenio entre la Administración y la Junta Central, no hay un esquema económico-financiero, lo que genera una falta de garantías de abastecimiento urbano en la medida de que el único recurso disponible es la extracción de agua de los actuales pozos.
En este sentido, se manifestó Gil, quien señaló que se está extrayendo agua del acuífero Villena-Benejama a 229,9 metros de profundidad, a 282 metros en la Sierra de Casatellar y a más de 550 en Carche-Salinas. Además del impacto que tiene en las reservas, la calidad de las aguas, tiene un elevado costo energético en su bombeo, que obliga a utilizar sistemas como fotovoltaico para reducir el impacto económico.
Pérdida de suelo cultivado del 9%. Por su parte, Chinchilla señaló que hay un proceso que se arrastra en el tiempo de reducción de la superficie cultivada, aunque gracias a la modernización de las explotaciones tanto su rendimiento económico como la producción se mantienen ligeramente al alza.
No obstante, para el representante de Asaja Alicante la agricultura sostenible y con futuro está garantizada por el modelo de regadío. En el caso de secano, se trata de producciones muy variables, poco competitivas y con escasos márgenes de rentabilidad. Los datos que aportan de 2017 a 2018 es de la pérdida de un 9% de terreno cultivado en la provincia de Alicante, con pérdidas del 15% en superficie de secano y un incremento del 3% en regadío.
Desde su punto de vista, Alicante requiere de aportaciones externas de agua porque sufre tres elementos básicos que merma el desarrollo agrícola, como son un nivel de lluvias insuficientes para garantizar producciones rentables, una alta variabilidad de las mismas y un alto grado de evotranspiración del suelo que hace menos eficiente los riegos y los sistemas de almacenamiento de agua.