Los pajes de azul

Horas antes de la noche de Reyes, Villena, a pesar del aterrador peso de la pandemia, se encuentra animada. La gente realiza las últimas visitas a los comercios para ver si hay suerte y en nuestras tiendas de siempre nos ayudan con los deseos que hemos escrito con tanta ilusión a los Reyes Magos. Pero hoy los pajes van de azul.

Las personas confiadas, con la ciudad abarrotada hasta lo indecible, recogen todo lo necesario para agasajar a sus majestades esta noche. Se triplica la afluencia de personas venidas de otras localidades y el espacio de nuestra preciosa ciudad es el mismo, así que se ocupan zonas como carga y descarga al menos por un instante para visitar algún comercio, que espera esta afluencia con gran esperanza después del catastrófico año al que se han enfrentado todos los pequeños héroes que continúan con las puertas abiertas. Pero hoy los pajes van de azul.

El resto del año, los profesionales, aunque no puedan aparcar sus vehículos en zona amarilla, para descargar productos, herramientas y lo que sea menester porque están ocupados de forma más o menos problemática por particulares, por terrazas o por cualquier otro motivo, no levantan el grito al cielo, ni requieren la aparición de los pajes de azul en la mayoría de los casos, se llama solidaridad.

Pero la mañana de la noche de Reyes, los pajes de azul, deciden ya sea por un requerimiento, ya sea por la facilidad para redactar sus cartas llenas de buenos deseos al mayor número de ciudadanos posible, sin tener en cuenta si son empresas de profesionales o son gente que ya no puede aparcar en otro sitio, porque no lo hay, porque desconocen la ciudad o porque, ¡por amor de sus majestades!, es la mañana de Reyes, empapelan a diestro y siniestro a todas las personas que están sustentando el comercio de Villena, que no son otros que los consumidores. Pero hoy los pajes de azul no entienden la importancia de la frase “laissez faire, laissez passer” (Dejen hacer, dejen pasar) que se puede hacer lo mismo minimizando el daño.

Así que todas esas personas que han optado por seguir acudiendo a pesar de todo el contexto de incertidumbre y de miedo por visitar a las pequeñas empresas y tiendas de nuestra Villena, se quedan destrozados la mañana de Reyes por las cartas de los pajes municipales que vestidos con su impecable azul vacían los zurrones de los pastorcillos.



Supongo que el año próximo los pastores igual optan por el comercio vía internet, donde los deseos escritos en las cartas llegan a tu casa directamente, dañando gravemente y todavía más a los comerciantes de la ciudad. Ya pueden ayudar desde diversas instituciones con iniciativas y campañas para fomentar que los empresarios que pagan los impuestos y hacen rodar la rueda del país sigan adelante, ya pueden luchar profesionales y tiendas, que mientras no hagamos un esfuerzo, todos, por blindar ciertas fechas que son el remanente y el sustento para muchos, no merecerá la pena.

Ojalá que sus majestades los Reyes Magos les traigan este año a sus pajes de azul un poquito de empatía y un poquito de solidaridad para que en fechas como ésta se acuerden de que el uniforme que llevan es para hacer un poco más felices a las pastorcillas y pastorcillos que tanto están luchando.

Por: Un humilde pastorcillo.