Manipulación
El pasado 25 de noviembre, con motivo de la manifestación organizada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo contra la rendición del gobierno frente a ETA, escuché unas declaraciones del coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, que me dejaron algo sorprendido. Dijo que respetaba que las víctimas se manifestasen, pero que lo que realmente se había producido era una manipulación de las víctimas por parte del Partido Popular, partido que busca con su actuación, dificultando el proceso de paz, que no termine de haber víctimas. No supe si interpretar que el PP quiere que siga existiendo el terrorismo o que le conviene a sus intereses. Yo le digo, camarada Llamazares, que eso no se lo cree usted ni intoxicado con aguas fecales del Azud de la Marquesa, ni aunque el mismísimo Carlos Marx se le apareciera en uno de sus delirios y se lo revelase como una buena nueva del catecismo marxista.
Las víctimas del terrorismo tienen todo el derecho del mundo a manifestarse y mostrar su oposición a la negociación que está llevando a cabo el gobierno de la Nación, y el PP tiene a su vez todo el derecho del mundo a manifestarse junto a las víctimas. La calle no es propiedad de nadie y el derecho a manifestarse lo tenemos todos siempre que se haga con respeto a la legalidad. En este país no hay ninguna persona de bien que no desee que el terrorismo acabe para siempre y no se produzca una víctima más, sólo los mal nacidos siguen pensando que el tiro en la nuca y las bombas son la solución a sus frustraciones y sólo los retorcidos y mal pensados como Llamazares pueden hacer estas insinuaciones malintencionadas.
Esta postura que adopta el camarada tiene unos precedentes de los cuales esa izquierda retrógrada a la que representa no quiere, o no puede, desprenderse. No hace tantos años que la violencia terrorista marxista de ETA era vista por algunos sectores de la izquierda y ciertos intelectuales como un modo de lucha contra la dictadura, digo más, lucha incluso contra la democracia, porque no hemos de olvidar que la mayor parte de los asesinados o mutilados por los terroristas lo han sido viviendo en democracia, esa democracia de la que tanto hablan pero en la que no creen, y si no, hablamos de la defensa del camarada Fidel.
La negociación con los terroristas puede y debe darse partiendo siempre de una premisa sin la cual no se puede seguir hablando, y es que, para sentarse a dialogar, los terroristas tienen que renunciar definitivamente a la violencia. Si se diera esta premisa, entonces, en mi opinión, es cuando se podría intentar la negociación con los terroristas, pero entonces surgiría la gran pregunta: ¿Qué negociamos? ¿Independencia, amnistía, Navarra...? Sin embargo, desde que se anunció el proceso de negociación, nos hemos encontrado con un recrudecimiento de los actos de terrorismo callejero, los empresarios siguen recibiendo cartas de extorsión y los terroristas se siguen aprovisionando de armas para continuar asesinando, porque para jugar a indios y americanos no creo que sea.
El gobierno improvisa y eso es lo que hace que la mayoría de las víctimas y el PP muestren su oposición a una negociación en la que no creen. Un ejemplo: el pasado fin de semana un representante de los socialistas vascos dice que los terroristas no responden a las llamadas del gobierno y por eso no hay negociación. El Ministro del Interior desmiente esta afirmación, pero añade que por ahora no hay voluntad de los terroristas para abandonar la violencia. Y el PP manipulando, mira por donde.