Abandonad toda esperanza

Matinales y golfas

Abandonad toda esperanza, salmo 106º
Leer sobre cine puede ser, aunque solo ocurra en contadas ocasiones, tan fascinante como disfrutar del cine mismo. Por ello -y permítanme la cuña publicitaria, después de más de dos años trabajando al servicio de ustedes- un servidor dedica al noble arte de la crítica cinematográfica toda una web: La Biblioteca Langlois, que ya es funcional y está disponible para su disfrute. ¿A qué esperan para visitarla?

Hace unos días inauguré dicha página con la crítica de La espada mágica, un maravilloso libro que recupera esas películas que han hecho las delicias de numerosas generaciones recogidas en cines de barrio durante tardes enteras de sesión continua o que se han pasado las mañanas de los sábados pegadas al televisor.

En este libro, subtitulado "El cine fantástico de aventuras", Carlos Aguilar hace un repaso pormenorizado por este peculiar subgénero, sin olvidar sus orígenes literarios (de los clásicos grecolatinos a los relatos de Weird Tales), recorriendo las variantes que se dan a lo largo y ancho del planeta: los héroes griegos y romanos, los caballeros del Rey Arturo, King Kong y los mundos perdidos, las ficciones de Tolkien y C. S. S. Lewis, la espada y brujería a lo Conan, o las fantasías orientales de Las mil y una noches, sin relegar la visión que en Asia se tiene de este filón de entretenimiento.

Y si el contenido -que tampoco se olvida de glosar la obra y milagros de Ray Harryhausen, el maestro de los efectos especiales tradicionales- no les parece atrayente de por sí, échenle un vistazo al continente: La espada mágica es un magnífico ejemplo de lo que debería ser el perfecto libro de cine, profusamente ilustrado (no olvidemos que trata de un arte puramente visual) y con un diseño gráfico a cargo de Miguel San José Romano, un editor que cuida con merecido mimo a su criatura, verdaderamente impecable.

Para aquellos a los que le resulte imposible retrotraerse a su infancia o disfrutar (tengan la edad que tengan) de los viajes a mundos tan fabulosos como los que muestra La espada mágica, y siempre que prefieran quedarse en la etapa de la picazón adolescente, tenemos otra recomendación: La ceremonia del porno, libro que obtuvo el último Premio Anagrama de Ensayo.

¿Se les ocurre mejor manera de justificar el gozo lujurioso de revisar los clásicos del género, de Garganta profunda a Tras la puerta verde, pasando por The Devil in Miss Jones? Porque la coartada intelectual que proporciona el ensayo de los madrileños Andrés Barba y Javier Montes es irrebatible: un ensayo que versa, construyendo una panorámica que va del Marqués de Sade a Martin Amis, más sobre la mirada del consumidor de cine X que sobre el propio objeto consumido, definiendo al primero según su relación con el género cinematográfico (en términos de los autores) más exigente con su público. Y luego dirán que esta columna no les sirve de nada...

La espada mágica y La ceremonia del porno están editados por Calamar y Anagrama respectivamente.

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