Me voy
Dejo para otras personas este recuadro de la página 18 de este buen periódico local en el que, siempre acompañado del semanal perrito que busca casa, se me ha permitido exponer mis opiniones sin más limitación que las 600 palabras de rigor por cuestión de espacio. Agradezco la confianza depositada en mí por parte de su director, la libertad que me otorgó desde el inicio para escribir acerca de lo que quisiera diciendo lo que quisiera. Nunca hubo una directriz ni una sugerencia. Soy, por lo tanto, único responsable de cuanto he escrito, para bien o para mal.
Así lo he hecho, con esa libertad he escrito desde mi punto de vista acerca de muchos temas y errada o acertadamente, he manifestado mis humildes opiniones, creo que siempre de forma sincera y, por supuesto, siempre tratando no sólo de no ofender sino de proponer un debate amistoso sobre cualquiera de los temas planteados. Realmente me interesa el futuro de Villena y de verdad pienso que las personas de hoy debemos construir la ciudad del mañana. Puede que suene a tópico pero no es así, quienes me conocen pueden refrendar lo que digo.
Me he dado cuenta de que la interpretación que se hace de las intenciones de cualquier ciudadano que se asoma a la arena política es siempre la misma y eso no me agrada. No todas las personas que observamos con inquietud el devenir de nuestra ciudad somos aspirantes a políticos, en muchos casos, como es el mío, ni siquiera nos planteamos ser profesionales de la política.
Una vez más diré que, en mi opinión, un político municipal no deja de ser un ciudadano valiente y con iniciativa que temporalmente forma parte de la corporación municipal, da igual que sea en los bancos del gobierno o en los de la oposición, merecen por igual el respeto del resto de los vecinos. Durante este tiempo he podido conocer a muchas personas que, tal vez, de otra forma nunca hubiese tenido semejante placer, desde políticos a no políticos, en cualquier caso, todos ellos con capacidad de pensar y con criterio para hacerlo. Me ha gustado, en general, que muchos ciudadanos, cada vez más, somos responsables opinadores y generadores, a su vez, de nuevas opiniones. Sin duda, la existencia de los foros (bendita Internet) nos permite hacer más grande la sensación de democracia a la que aspiramos hacer realidad.
Vuelvo a incidir sobre mi forma de escribir o de opinar, por mucho que pueda pesar a algunos, no me he movido de mi línea. Una línea que considero moderada aunque en el fondo, con mayor o menor éxito, he tratado de expresar argumentos, en muchos casos de absoluta contundencia, pero siempre bajo un único precepto, estar convencido de lo que decía. Por extraño que parezca, cuando he criticado decisiones de los políticos, mi moderación ha sido inversamente proporcional a la indignación que me producía dichas decisiones. Podría poner como ejemplo la falta de apoyo demostrada por el equipo de gobierno a Andrés Martínez Espinosa materializada en el pasado pleno y más aun los argumentos por ellos expresados. Creo que esa moderación mía, para algunos exasperante, se vio plasmada en una llamada a la reflexión de quien nos gobierna.
Abrir un enfrentamiento entre vecinos y en muchos casos amigos, por cuestiones puramente políticas, difícilmente podrá ayudar a buscar puntos de encuentro sobre los que construir presente ni futuro.
Creo, en cualquier caso, que la arena política no está receptiva para jugar este tipo de partidos. Tal vez pueda parecer un soñador, un iluso, pero así soy, así pienso y así lo expreso.