Viéndolas pasar

Mundo de contradicciones

Hace unos días comentaba en otro medio de comunicación que, recientemente, he leído en una revista dedicada al golf una serie de artículos relacionados con este deporte de los cuales, tres me llamaron mucho la atención. Alguno de ellos lo calificaría de excelente.
El primero de ellos, de titular claramente llamativo, “Che Guevara, el golfista de la Revolución”, ponía a caldo a los políticos de esta España nuestra que, con tal de ganar un puñado de votos o de no perderlos, son capaces de negar hasta la existencia de los mares. Inicialmente ponía su foco el autor de dicho artículo sobre el Sr. Simancas, candidato socialista a la Comunidad de Madrid, de quien destacaba su completa aversión hacia el golf y la falta de respeto hacia los golfistas, a quienes califica de “pijos”. Tras él, el candidato a la alcaldía de Madrid, el también socialista Sr. Sebastián, trató de desmarcarse de su afición a este maravilloso deporte criticando la instalación de una cancha de prácticas en el centro de la villa sobre unos terrenos en desuso que su alcalde de entonces y actual, el popular y apreciado por alguno de la COPE, Sr. Gallardón, había puesto en valor. Decía poco después, perdidas las elecciones, que dar clases en la Universidad le divierte. “Es como jugar al golf”, indicaba el autor del artículo que confesaba el Sr. Sebastián al reincorporarse a sus labores docentes.

Repartía cartas para todas las manos en el artículo, pues tras el rebufo de esa moda interesada anti-golf, algunos dirigentes populares parecían haber sucumbido y por un supuesto miedo a perder votos, habían enfriado de forma alarmante la aprobación de licencias para la construcción de campos de golf en sus respectiva comunidades y mencionaba también a la “esperanza” de los madrileños, la Sra. Aguirre, y a nuestro Molt Honorable Sr. Camps.

Y no hay que tener miedo a otorgar licencias para construir campos de golf, señores, lo que hay que hacer es estudiar y exigir el máximo de garantías a sus promotores para que dichos campos sean respetuosos con los limitados recursos naturales con los que contamos. Porque algo que queda claro es que en muchas otras zonas de nuestra geografía, destacados dirigentes de uno y otro partido, han comprendido que el turismo es generador de riqueza y que el golf genera turismo, por tanto, el golf genera riqueza, algo bien comprendido por el socialista Sr. Chaves, quien gobierna una comunidad con tantos o más campos de golf que la suma del resto de campos del país. Sabedor por experiencia de que esa riqueza se distribuye y favorece a los municipios que incluyen alternativas de ocio para el turismo de sol y playa.

Como se puede apreciar, parece que algunos consideran ser más o menos “progres”, más o menos de izquierdas, en función del grado de oposición que expresen hacia el golf, y aprovechando una frase del artículo: “che, pues vos no sabés lo peor, también era golfista”, en referencia, nada más y nada menos, que al mismísimo Ché Guevara y también, cómo no, a Fidel Castro. Y fotos de ambos jugando al golf están presidiendo el salón de la Casa-Club del magnífico campo Varadero Golf Club. No sé si alguien puede discutir el grado de socialismo de ambos revolucionarios o pensar que el Che y Castro han sido unos “pijos” por jugar al golf.

Tenía el autor otra frase muy buena referida a Chavez, con Z de zapato, quien clausuró algunos campos de golf porque “era inhumano jugar al golf junto a unas chabolas”. Dice el autor y suscribo yo que “lo que debió hacer es buscar la forma de erradicar la pobreza y con ella las chabolas y no el golf que, por otra parte, le puede servir como fuente de ingresos para favorecer el bienestar de sus conciudadanos”.

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