Fiestas

Ni faltó, ni sobró, ni hubo bastante (Crónica de la corrida de toros del 7 de septiembre)

El cartel ya parecía muy interesante desde el día en que fue anunciado, tanto por la buena vitola de los matadores como por los sugerentes hierros. Y a la postre, el festejo no decepcionó más que a aquellos que no sabían donde estaban. Se cayó del cartel el hijo de Manzanares por lesión, quien fue magníficamente sustituido por Sergio Vegas, de cuya faena destacó un excelente rejón clavado al violín tras un quiebro espectacular a lomos de un caballo tordo.
Sólo en Villena comienzan las corridas siempre con retraso. Antes, en la plaza buena ya sucedía, como hoy, debido a la falta de puntualidad de los políticos. Corramos un estúpido velo pues nada de esto importó cuando la Banda de Música irrumpió en el ruedo tocando La Entrada. Merece la pena destacar lo oportuna que estuvo la Banda durante la corrida.

En los tendidos abarrotados de un público muy festero no cesó ni un instante la juerga y en estas andábamos cuando salió del cajón el primer toro de lidia ordinaria, un castaño bien presentado y con clase con el que Finito de Córdoba recitó una interesante faena con seis tandas de derechazos con la mano muy baja. Cuando intentó el toreo natural el toro comenzó a defenderse y hubo de cortar por lo sano. Fue la mejor faena de la tarde, que se desintegró por el desastre con la espada. Tanto este toro como el anterior murieron con la boca cerrada.

Su segundo toro era una mona con sosa embestida. Nada pudo hacer el de Sabadell con el peor del encierro.

Luis José Amador hizo el paseíllo desmonterado y mucho se esperaba de él, pues de sobra son conocidas sus buenas maneras de antaño. Lamentablemente pasó inédito por Villena y no pudo lucirse ante el torete que le tocó en primer lugar, anovillado, soso y con poca fuerza, que brindó a la Alcaldesa. Que es de bien nacido el ser agradecido. Comenzó su faena doblándose con el torito y sacándolo así al tercio. También lo intentó al natural y lo despachó con una estocada caída que le valió su oreja. El segundo de su lote lo brindó al público, pero la faena se convirtió en el intento de sacar agua de un pozo seco. Si bajaba la mano se caía y si lo citaba a media altura echaba la cara arriba. Probó con la mano izquierda pero tampoco así se acoplaron toro y torero en una faena con continuos enganchones. Por fortuna volvió a ser breve con los aceros.

Juan José Padilla se metió al público en el bolsillo nada más asomarse al ruedo. Recibió a su primero con una larga cambiada de rodillas y ejecutó el tercio de banderillas con poderío. Comenzó la faena de rodillas y a partir de ahí se salió a los medios donde toreó en redondo mirando al tendido. Debemos sumar a esta intensa faena dos series de naturales bien rematados y con galleos en la cara del toro que se fueron tornando tremendistas. A mí me parece un pelín exagerado pero lo cierto es que la plaza se convirtió en un manicomio.

Al que cerraba la corrida, un colorado de fina estampa, lo saludó de rodillas con tres largas cambiadas al hilo del tercio y de nuevo anduvo sobrando con los rehiletes, clavando otros tres pares con un derroche de facultades tras el que el jerezano puso la plaza boca abajo. Sentado en el estribo inició la faena con torería, fue intercalando series de pases con la derecha con cabezazos sobre el lomo del toro. Lo pasaportó de una soberbia estocada ejecutada al volapié.

Fue común a todas las lidias que los monopicadores sólo dieran un púyasete a cada toro, que ninguno de los matadores se dignase a hacer un quite, que los banderilleros subalternos sólo clavasen dos pares y que el público (mitad disfrazados de flamenca, mitad de toreros) lo pasó en grande.

Me parece muy importante resaltar que con la cantidad de corridas importantes que se dieron este día, el legendario fotógrafo Paco Cano prefirió estar en Villena a pesar de que, como él mismo me comentó, le costaba mucho moverse por una plaza portátil. Nos animamos mutuamente deseando la rápida resurrección de nuestra plaza. Salieron por la puerta grande Sergio Vegas y Juan José Padilla.

Ficha de la corrida

Domingo 7 de septiembre de 2008. Plaza de Toros portátil de Villena, casi lleno.

Un toro de Pedro y Verónica Gutiérrez Lorenzo, noble y con cierta bravura lidiado por el rejoneador. Cuatro toros de San Miguel, con desigual presentación, en 1º, 2º, 3º y 5º lugar de lidia ordinaria. Dos toros de Torrestrella, lidiados en 4º y 6º lugar, siendo este último el más serio de la corrida.

Sergio Vegas, de traje campero negro. Rejonazo, dos orejas.

Finito de Córdoba, de nazareno y oro. Metisaca, pinchazo y media estocada. Saludos. Cuatro pinchazos y estocada. Silencio.

Luis José Amador, de corinto y oro. Estocada caída. Oreja. Media estocada y descabello. Palmas.

Juan José Padilla, de azul pavo y oro. Estocada. Dos orejas y rabo. Estocada. Dos orejas.

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