Como comprenderán ustedes, tratándose de la columna número 666 me veo casi en la obligación de dedicarla al terror aun a riesgo de repetirme después de la entrega de la semana pasada. Pero si entonces les llamé la atención sobre el cine de antaño, hoy prefiero centrarme en dos títulos actuales y vinculados ambos a la figura del director, productor y actor ocasional Eli Roth. El primero de ellos es el reciente estreno La casa del terror, dirigida por Scott Beck y Bryan Woods, y sobre el que se han vertido críticas por lo general bastante positivas y a mi parecer quizá algo exageradas. Lo que creo que ocurre es que el aficionado al género está tan acostumbrado a productos cuanto menos mediocres, que cuando se topa con una película realizada con oficio y con algunos momentos conseguidos se agarra a ella como a un clavo ardiendo.
Y es que, en efecto, este film titulado Haunt más allá del Atlántico no ofrece nada que no hayamos visto antes infinidad de veces; pero no es ni mucho menos un producto desdeñable. Eso sí: es conveniente avisar al espectador de que la cinta en cuestión está lejos del tan de moda elevated horror que ejemplifican realizadores como Ari Aster y Robert Eggers y títulos como It Follows o Babadook, y mira más bien al (mejor) cine de terror moderno en la estela del Halloween de John Carpenter con algunos toques del torture porn popularizado por Saw y Hostel, esta última dirigida por el mismo Roth que aquí ejerce de productor y padrino.
Eli Roth también es el principal impulsor de una serie de siete capítulos de cuarenta y cinco minutos de duración cada uno que repasa la historia del cine de terror atendiendo a la naturaleza de las distintas amenazas que representan el temor a todo aquello que desafía la razón: los zombis, los asesinos en serie, los demonios, los monstruos, los vampiros y los fantasmas se suceden en una antología de secuencias mientras directores, intérpretes, escritores y demás especialistas en la materia reflexionan sobre los títulos más importantes del género. A la serie se le puede poner un pero bastante gordo: Eli Roth y sus colaboradores -entre los que destacan Rob Zombie y Greg Nicotero, que departen con aquel relajadamente alrededor de la mesa- cierran filas al más puro estilo Trump y se olvidan por completo de las aportaciones foráneas. Así, y recurriendo a las películas de 1960 que les comenté la semana pasada, se habla (mucho y bien) de Psicosis, pero joyas como La máscara del demonio, Ojos sin rostro o El fotógrafo del pánico es como si nunca hubiesen existido. Al margen de esta importante carencia, y aunque no descubra nada nuevo al fanático del género, la serie se ve con agrado y es fácil que al espectador le entren ganas de volver a ver todas esas películas que han hecho del escalofrío un arte.
Y si son ustedes de los que prefieren el horror escrito al audiovisual, no quiero dejar pasar la oportunidad de recomendarles el estupendo recorrido que Víctor Castillo Rodríguez le ha dedicado a los escritores de terror de serie B de las últimas décadas. Porque en efecto, y al igual que sucede en el cine, en la literatura del género también podemos encontrar autores y títulos de alcance mucho más humilde que el de las primeras lanzas que están en mente de todos. Porque en Páginas desde el averno, a continuación de un prólogo firmado por Javier J. Valencia (el autor de Universo Twin Peaks, y es que hay que ver qué habilidad tengo para meter cuñas publicitarias a poco que se despisten), se nos ofrece un jugoso recorrido, de estilo desenfadado muy acorde con su objeto de estudio, por la obra de nueve escritores: James Herbert, Graham Masterton (este con relato inédito de regalo), John Farris, Robert McCammon, Richard Laymon, Jack Ketchum, Shaun Hutson, Kathe Soja y Poppy Z. Brite. Una nómina de autores responsables de títulos como Las ratas, El hijo de la noche infinita, Lluvia negra, Slugs o La música de los vampiros (por citar solo unos cuantos), y que resultan totalmente desconocidos -tanto ellos como sus libros- para la mayoría de lectores, que no han leído más que a Stephen King o como mucho a Clive Barker y Dan Simmons; pero que sí nos suenan (y mucho) a quienes descubrimos el terror -impreso y fílmico- en la añorada primera edición española de Fangoria dirigida por Luis Vigil allá por los primeros años noventa. Por tanto, no puedo menos que dedicar esta columna a él y a todos los redactores de aquella revista.
La casa del terror se proyecta en cines de toda España; La historia del terror está disponible en canal AMC de Movistar+; Páginas desde el averno está editado por Dilatando Mentes.