Estación de Cercanías

Nunca es tarde

El desinterés de los jóvenes (y no tan jóvenes) por la vida política a cualquier nivel me tiene preocupada. Creo que, cuando la sociedad muestra esta cara, los responsables de la disciplina correspondiente (política en este caso) deberían pararse un momento a meditar el porqué y a valorar las repercusiones que esta actitud tendrá sobre nosotros a corto y medio plazo. El que las nuevas generaciones ofrezcan una desgana general en temas importantes para el devenir de una nación como son la participación y el seguimiento de cualquier movimiento social, es sin duda un mal síntoma para todos nosotros y nuestro futuro desarrollo, y, siento decirlo tan abiertamente, pero les creo responsables de está situación en un 60 por 100. Desde Madrid hasta la más pequeña de las ciudades, sus fraticidas luchas por atesorar el poder cuanto más tiempo mejor, haciendo de la palabra una ingeniería imposible de entender para la gran mayoría y mostrando visiones totalmente opuestas en cuestiones que seguramente tienen un punto intermedio donde se encontraría la más fácil solución, es un galimatías que se nos atraganta a casi todos.
Comprendo a la perfección que el hastío se haya hecho un enorme hueco entre nuestra sociedad (sírvame como ejemplo mi ciudad): la imagen que de ella nos quieren hacer llegar es la siguiente; Villena no tiene problemas, en ella no hay paro, ni delincuencia, no hay comercio de drogas, ni problemas de inmigración, ni de malos tratos, tiene un tráfico rodado perfectamente organizado, lugares de ocio para cualquier edad y salas de cine y comercios que cubren todas nuestras necesidades… De no ser por unas vías de ferrocarril que la parten en dos y una plaza de toros que cual Torre de Pisa anda ahí-ahí con la gravedad, la “Muy Noble y Muy leal” sería el Avalón perfecto donde vivir.

¿Dónde quedan estas cuestiones en sus acalorados enfrentamientos? ¿Quién del partido que sea mete el dedo en yagas tan purulentas, activando foros de diálogo donde escuchar y dar ayuda, o llevando a los plenos puntos concebidos para ser solución de estas necesidades? Desgraciadamente, muy pocos. Como asidua seguidora de los medios de comunicación locales, todavía estoy por escucharles, o leerles, debatir estos argumentos tan aireadamente y con tanta visceralidad como lo hacen cuando de toros y trenes se trata.

Nos llevan impíamente del soterramiento a la plaza de toros, de la plaza a los monos, de monos al golf, del golf al soterramiento… y así, cuantas combinaciones sean capaces de realizar con estos cuatro exponentes y con los tres partidos que nos gobiernan y los dos que son oposición. En ocasiones cuelan el centro comercial y vuelta a la rutina, intentando hacer que creamos que estos son los únicos problemas que tiene Villena, y lo siento pero aburren por repetitivos, por recurrentes y porque se apartan de cuestiones que son sin duda igualmente importantes.

Recuerden que llegará mayo de 2007 y tendrán que presentar de nuevo sus programas electorales llenos de propuestas fantásticas para todos, intentarán reblandecer nuestras conciencias con el mensaje de la obligación que, como ciudadanos, tenemos de acudir a las urnas a ejercer el derecho al voto, regresarán a la carga en su llamamiento a la no abstención, sin acordarse de los cuatro, o los ocho, o los doce últimos años, en los que “Donde dije digo, digo Diego”. No gasten esfuerzos tan puntualmente, siembren la confianza día a día, inviten a los jóvenes (y no tan jóvenes) a participar desde la credulidad, y por favor, recuerden que el cuento de “Pedro y el Lobo” es muy viejo y el pueblo (a la historia me remito) muy sabio.

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