Abandonad toda esperanza, salmo 454º
No suelo ver series televisivas españolas: cuando lo he intentado, la mayoría no me han gustado nada; y las pocas que sí lo han hecho han sido canceladas de inmediato. Por lo tanto, parece obvio que mis gustos y los de la gran mayoría de espectadores, al menos en lo que a ficción nacional se refiere, no son precisamente los mismos. Y para que vean que no son paranoias mías, les cuento el último caso: a comienzos de enero se estrenó en La Primera de TVE, los lunes por la noche en horario de máxima audiencia, la primera temporada de Víctor Ros. Decidí ver el primer capítulo porque me interesa el género policíaco y porque conocía la serie de novelas de Jerónimo Tristante en las que nace este policía del Madrid del siglo XIX; y aunque la adaptación no me pareció redonda del todo (algunos actores no daban la talla, se advertía una cierta falta de carisma en su protagonista y los decorados digitales cantaban cosa mala), sí me interesó como para darle una segunda oportunidad. Contra todo pronóstico -lo normal es que los responsables den el do de pecho en el piloto para luego limitarse a repetir la fórmula-, el interés de la serie fue creciendo, el actor Carles Francino le cogió el pulso a su personaje, y el final del sexto y último episodio dejaba con ganas de más. Pero no va a ser posible: al parecer, la serie ha sido cancelada y no habrá una segunda temporada. Lo que yo les decía... Al menos, y mientras los mandamases de TVE no cambien de parecer, aquellos que se la perdieron pueden recuperar la primera temporada en formato digital. Créanme que vale la pena, y si se lo dice alguien tan poco chauvinista como servidor, por algo será.
El hueco que dejó Víctor Ros lo lleva cubriendo desde hace un par de semanas otra serie de los mismos guionistas: El Ministerio del Tiempo. En un primer momento ignoré su estreno a pesar de lo que disfruté de la anterior, dado que la creación más popular de los autores, la exitosa Isabel, nunca fue santa de mi devoción, y que tampoco me inspiraba ninguna confianza que se intentara hacer aquí algo parecido a lo que normalmente se hace fuera y mucho mejor: y es que la nueva propuesta de los hermanos Javier y Pablo Olivares -este último, recientemente fallecido- pasa por ofrecernos un serial de ciencia ficción con denominación de origen patrio protagonizado por tres viajeros temporales de distintas épocas (encarnados con acierto por Rodolfo Sancho, una deslumbrante Aura Garrido y un espléndido Nacho Fresneda) que trabajan de forma clandestina para el gobierno. Casi nada. Pero tras ver los elogios que inundaron las redes sociales tras la emisión del piloto, algunos por parte de amigos de confianza y verdaderas firmas autorizadas al respecto, cambié de opinión... Y una vez visto el arranque de la historia entiendo y comparto el entusiasmo generalizado, pues no es habitual ver una serie de estas características rodada y ambientada aquí, donde con la excusa de los viajes en el tiempo se hace un repaso a nuestra historia sin dejar de introducir un sentido del humor muy de agradecer y numerosos homenajes y citas para disfrute del fan del género, incluyendo homenajes explícitos a Curro Jiménez y al capitán Alatriste, por no hablar de ideas argumentales que remiten al Doctor Who, Terminator o La Liga de los Caballeros Extraordinarios de Alan Moore.
Ahora bien: una vez pasada la sorpresa inicial, cabe plantearse una duda: ¿El Ministerio del Tiempo gusta a pesar de ser española, como dicen algunos, o gusta precisamente por ser española? Es decir: la serie, tal y como está concebida y ejecutada, ¿despertaría el mismo fervor de tratarse de una producción internacional, o sería una serie más de la parrilla de un canal temático repleto de mediocridades como, pongamos por caso, SyFy? La respuesta la tengo clara. Y, francamente, no es la más agradable.
Víctor Ros está editada en DVD y Blu-ray por Divisa Red; El Ministerio del Tiempo se emite en La Primera de TVE.
