Pactos o impactos

"Pactos o impactos" titulaba Francisco Arenas Ferriz un juicioso artículo publicado en INFORMACIÓN. Miércoles, veintiocho de junio de 1995, pronto hará treinta años que vio la luz. Pero eso no importa porque ojalá sirviera hoy.

Preocupado Arenas, como hoy preocupa, por la confrontación pugilística –o el canibalismo– en la vida política y sus consecuencias, denuncia: La lucha política se ha decantado tanto en la dirección del impacto, es decir, del ataque a la otra opción política, con olvido de la defensa del ideario propio, que ahora resulta sumamente peliaguda la decisión de rectificar y atender al pacto con aquélla, aunque las circunstancias políticas lo hagan tan inevitable como, por qué no, deseable.

Lo denuncia reivindicando, frente al impacto, el pacto: En la sociedad democrática el pacto, es decir la negociación, el establecimiento de un campo común en el que coincidan opciones ideológicas contrapuestas que no por ello se anulan, debe aceptarse como el único mecanismo de convivencia aceptable.

Y sigue: El acuerdo siempre es bueno, incluso cuando no resulta imprescindible para asegurarse la gobernabilidad de una institución. Siempre y cuando se acepte la existencia de puntos de vista diferentes (y ésta es la base legal y moral de un Estado democrático), debe aceptarse el camino del pacto para la solución de conflictos.

Bendita reflexión que ojalá fuera realidad. Pero si pacto, también lo afirma Francisco Arenas, no secretismo. Porque el secretismo degenera fácilmente en trapicheo y maniobrerismo. Si pacto, sus términos deben ser dados a conocer públicamente. Porque el ocultamiento es una traición a la legitimidad democrática y un paso vertiginoso hacia su debilitamiento. Sensato Arenas, juicioso. ¡Qué voz!