País de Locos
La parte demandante de la primera parte, es la parte demandada de la primera parte. Y así, la parte demandada de la primera parte, es la parte demandante de la primera parte.
¡Esto es real! Mejor dicho, ¡Esto es Real! Con mayúsculas de Real Madrid
así quién se puede extrañar de lo que acontece en las inmediaciones de Concha Espina. Nadie.
Que el Sr. Calderón sea demandante de la entidad que él mismo preside provocó una situación poco menos que bochornosa en la vista celebrada la semana pasada, personándose él mismo como demandante y teniendo que delegar la representación del demandado en su Vicepresidente para no ser él mismo demandante y demandado. Como diríamos en Villena: Pá cagarse.
Por mucho que gusten a mi amigo Carlos estos espectáculos propios de los hermanos Marx, al salir de la pantalla a la vida real, a mí me causan vergüenza ajena cuando intervienen entidades tan grandes e importantes como los juzgados que, considero, están para resolver asuntos de verdadera relevancia. Y vergüenza propia, claro, porque uno va por la calle y los amigos le preguntan: Tú eres del Real Madrid, ¿verdad? Pues mira que tener a un Presidente que demanda a la entidad que dirige
, y entre risitas jocosas se alejan dejándote con cara de alpargata mal atada.
Por su parte, unos convocan una manifestación contra el terrorismo y por la Paz; sin embargo, le tiran los trastos a los que no estuvieron en la manifestación y que argumentaron su ausencia de la misma basándose en la semántica de las pancartas, aunque, eso sí, no se iban a quedar a la zaga, pues los ausentes de la primera fueron los convocantes de una segunda con mucha mayor repercusión que la primera y el fortalecimiento del precedente que ya tenían sentado de las varias anteriores en la que su poder de convocatoria fue, nítidamente, superior a los otros.
Y ya que hablamos de semántica, por si no teníamos bastante con aquello de la verdad política que es diferente de la verdad verdadera y que, mirada desde un punto de vista de un ciudadano de a pie, en el 99% de los casos a la verdad política la llamaríamos sin tapujos, mentira, pues nos aparecen los grandes espadas de los partidos de nuestro país a entrar en análisis semánticos y morfológicos de los discursos de los rivales políticos y uno se queda perplejo ante tanta lección de Lengua Española más propia de los tiempos de la E.G.B ¡No, de la LOGSE! ¡No, no, de la LODE! Bueno, de los años de escuela.
Y uno dice al otro que mire Ud., que donde dice accidente debió decir otra cosa y que el otro responde que así es, que no debió decir accidente pero tampoco dice claramente lo que el otro quería oír, que es por otra parte lo que todos pensamos y la única forma posible de denominar a un atentando terrorista vil y cobarde. Y vuelve el error semántico, el olvido o la tibieza a la hora de poner adjetivos a un asesinato, perdón, dos asesinatos, de nuevo le denomina accidente. ¡Ups, se me escapó! Quise decir lo otro.
Y mientras tanto, entre el demandante de la primera parte y el demandado que son lo mismo, el Real Madrid está que no juega ni en la primera ni en la segunda parte. Hablemos de fútbol, sí, porque si hablamos de accidentes, perdón, de política, se nos llena la boca de amargura. Por cierto, ya van saliendo los nombres de los componentes de las listas para las municipales. Hay cosas que pá qué, pá qué, pá qué