Abandonad toda esperanza

Papá Hem

Abandonad toda esperanza, salmo 383º
Si la semana pasada les hablaba del telefilm de la HBO sobre la vida de Liberace, hoy le toca el turno a otra producción biográfica de tan sacrosanta casa: Hemingway & Gellhorn. Si alguno de ustedes leyó Por quién doblan las campanas y se preguntó quién era esa Martha Gellhorn a quien Ernest Hemingway le dedicó su novela ambientada en la Guerra Civil española, la respuesta la encontrará aquí de la mano de un realizador, Philip Kaufman, curtido ya en filmar las vidas de los escritores gracias a un par de cintas como aquella sobre Henry Miller y su amistad con Anaïs Nin o aquella otra centrada en la figura del Marqués de Sade. En esta ocasión, son dos estrellas de la talla de Clive Owen y Nicole Kidman los encargados de dar vida al premio Nobel de literatura y a la corresponsal de guerra que se convirtió en la tercera de sus cuatro esposas, mientras que como secundarios destacan el escritor John Dos Passos y el cineasta Joris Ivens, a los que dan vida un espléndido David Strathairn y Lars Ulrich (sí, el batería de Metallica). La película en cuestión no está nada mal, siempre y cuando se consiga pasar por alto detalles como que en la España de aquellos años todo el mundo hablase un inglés que ya quisiera nuestra comisión olímpica al completo; de hecho, los pocos que hablan un poco de español tienen más acento de Wisconsin que de Albacete. Por lo demás, HBO vuelve a demostrar que lo que entendíamos por telefilm es un concepto que ya ha quedado obsoleto, aunque juraría que la idea inicial de que Hemingway & Gellhorn llegara a los cines españoles no acabó de fructificar y nos hemos tenido que conformar con verla estrenada en el mercado doméstico.

Al ver esta película me he acordado de que hace ya un par de años se publicó por estos lares Hemingway. Homenaje a una vida, un lujoso recorrido por la vida de Papá Hemingway, tal y como lo llamaban sus amigos e incluso su nieta, Mariel Hemingway. ¿Recuerdan a la adolescente, casi una niña, que volvía loco a Woody Allen en esa obra maestra inagotable que es Manhattan? Pues aquella era Mariel, encargada aquí de prologar un libro escrito por Boris Vejdovsky, profesor de literatura y miembro de la Hemingway Society, y donde una selección de fotografías verdaderamente apabullante lo convierte en toda una fiesta para los admiradores de este autor que siempre escribía a máquina de pie.

Hablando de fiestas, y para que no crean que les hablo de Hem, como también le llamaban sus amigos, ya no sé si su nieta, sin leer a Hem, les diré que hace unos meses disfruté bastante con París era una fiesta, precisamente la novela que a Mariel Hemingway le leía su padre mientras paseaban por las mismas calles de la capital francesa que el padre de uno y abuelo de la otra retrató en esta novela póstuma. Una novela autobiográfica donde no falta el concurso de otros miembros de la Generación Perdida como Ezra Pound o F. Scott Fitzgerald, este último compañero de correrías del joven Ernest. También es verdad que habría sido más apropiado leer Por quién doblan las campanas, pero qué quieren que les diga, preferí la bohemia parisina de los años veinte a la dura realidad española de los años treinta. Una manera, si lo prefieren, de optar por una literatura de evasión, aunque sea de calidad como la que escribía el abuelo de Mariel. Y es que mal que nos pese, con la sobredosis de España de los últimos tiempos ya tenemos para rato.

Hemingway & Gellhorn está editada en DVD por Warner Bros Digital Distribution; Hemingway. Homenaje a una vida y París era una fiesta están editados por Lumen.

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