Pasado por alto
Y es que no se puede estar en todo. No podemos pretender la omnipresencia que hoy alcanza la Crisis del Partido Popular. Una ubicuidad tan patente y sólida que incluso da para que algún diputado popular consultado por una periodista al respecto responda: que si hay crisis
que se lo pregunten a los ciudadanos, ellos sí están sufriendo la crisis
. Y aunque adivino con total seguridad que el individuo dispara balones fuera con el comentario, prefiero tomarlo al pie de la letra: que nos pregunten a la gente de la calle si hay o no hay crisis en el PP, y cómo no vamos a saberlo si no pasa día ni hora en que no nos machaquen los oídos con nuevas menudencias al respecto: esta mañana Mariano Rajoy daba vueltas al café girando la cucharilla hacia la izquierda, gesto con el que parece indicar a nuestra cadena que incluirá a Gallardón en su lista
.
Del mismo modo, en nuestro cacho de tierra gobernable en parte a nuestro criterio, lejos de poner punto y seguido a los necesarios temas de siempre, lejos de callar hasta recibir nuevos datos, continuamos conviviendo con el redundante martirio informativo acostumbrado. Mientras tanto, puede que sin darnos cuenta, resulta que la persona que nos habla acerca de las actividades propuestas por la Casa de la Cultura no es la misma que la de hace unos meses. La noticia requiere para empezar una felicitación a Javi y a Eva López. Aunque en segundo lugar la circunstancia nos acerque a otras reflexiones.
Han pasado cinco años desde que José Ayelo abandonó la dirección de la Casa de la Cultura para ocuparse de la política. El sillón vacante fue designado a la entonces secretaría del técnico de cultura, Eva López. A su cargo quedó la gestión y administración de los espacios culturales de nuestra ciudad, función que ha desarrollado hasta hace unas semanas, momento en el que solicitó legítimamente la baja laboral. Fue entonces, imagino por sus comparecencias ante los medios, la actual secretaria de cultura quien se ha encargado del funcionamiento del edificio. Proceso que hemos pasado por alto hasta hoy día en estas páginas pero que no deja de presentar ciertos detalles susceptibles al menos de resultar poco tranquilizadores. Salvando la profesionalidad, ante todo en sus puestos originales, de las personas involucradas en el citado proceso, queda en el aire la postura tomada desde el equipo de gobierno. Pese a la creación de un cargo entre cuyas funciones se encuentra el asesoramiento en materia de cultura, sabemos que sus obligaciones no cubren las tareas del puesto en cuestión. Con lo que no quedan aclaradas las intenciones abrigadas en relación al plan cultural de Villena. ¿Se busca dejar languidecer la Casa de la Cultura con vistas a una futura reorganización? ¿O tal vez ni siquiera hay intenciones?