Editorial

Pasan las vacas flacas…

Después de años de estrecheces en lo económico, derivadas a partes iguales de la crisis económica –con la caída de la construcción y la consiguiente desaparición de los ingresos por licencias de obra– y las consecuencias de inversiones ruinosas como el parking de la plaza o la piscina cubierta, el ayuntamiento de Villena comienza a ver la luz.
La austera gestión llevada a cabo por el actual gobierno Verde y el anterior gobierno tripartito, unida a las consecuencias de proyectos pasado pero cuyos ingresos llegan hasta nuestros días –como los cánones recibidos por la planta solar de Enerstar–, van a permitir saldar mucho antes de lo previsto la deuda asumida con el obligatorio Plan de Pago a Proveedores que el gobierno central impuso a los ayuntamientos. En consecuencia, y tal y como ha anunciado el alcalde, el futuro económico del ayuntamiento, sin la pesada carga de la deuda, se ve por primera vez en muchos años de manera despejada.

Tal disponibilidad presupuestaria, unida a la posibilidad de usar un porcentaje de los fondos del remanente municipal, más los 1.400.000 euros de subvención otorgada a Villena por la UE dentro de los llamados Fondos EDUSI, van a permitir a nuestro ayuntamiento acometer inversiones en obras públicas impensables en los últimos años, proyectos que ya comienzan a ver la luz y que en breve serán una realidad en forma de calles cortadas por obras y zanjas en el suelo.

Solo queda desear que, quienes tienen la potestad de decidir, acierten con el destino del dinero y sean capaces de optar por obras necesarias huyendo del dispendio de tiempos pasados, así como tengan la capacidad de fiscalizar esas obras para evitar que, como es tristemente habitual, tengamos que volver a invertir en su arreglo a la vuelta de pocos años.

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba