Sociedad

Peña “Los Sioux”: 40 años de amistad

A finales de los años 60 del siglo XX los jóvenes se divertían de una manera acorde con aquella época: los locales de Pascua dejaron de utilizarse sólo en esas fiestas y pasaron a ser locales para todo el año. Locales donde, a falta de lugares en la ciudad donde divertirse, se reunía la juventud formando aquellas “peñas” que han perdurado en el tiempo, creando unos vínculos de amistad que se han fortalecido con el paso del tiempo.
La vida social de la época en nuestra ciudad no era muy diferente a la del momento actual, ya que la juventud aún se sigue quejando de la falta de lugares donde pasar las tardes y noches del fin de semana. La diferencia, importante, se encontraba en la situación política, ya que en aquellos locales donde se reunían las peñas, no era extraño encontrarse mientras se estaba bailando con la policía local, que procedía a tomar nombre de los presentes para que la semana siguiente te presentases en las dependencias policiales para ver “¿qué estabais haciendo?”. Lógicamente al llegar a casa tenías que explicar a tus padres que “si la policía venía a casa” era solamente porque te “habían pillado en el local”; y si eso era un problema para los muchachos, imagínense las explicaciones que tenían que dar “las chiquillas” a sus padres.

Recuerdo a “bote pronto” peñas como la mía –Los Trovers–, Los Sioux, Los Faroles, Los Tenorios y muchas más de las cuales todavía se continúan juntando los componentes de aquellos años para recordar “batallitas”. Pero en estos momentos una de aquellas sobresale de entre las demás, tanto por la unión que han mantenido como por la transmisión de amistad que ha hecho a sus hijos: Los Sioux.

Desde hace unos años, estos jóvenes de los 60 compraron una casa en Las Virtudes la cual han convertido en una especie de local de los años 60, pero con otros fines ya que, aunque todavía se marcan algunos pasos de baile en ocasiones, la casa ha servido para celebraciones de todo tipo. Y sobre todo sirve como punto de unión para los fines de semana, pues la menor excusa es motivo para juntarse de comida, cena o celebración. Esta unión entre amigos ha provocado una rara amistad entre los hijos que, a pesar de tener los amigos propios, se unen a los padres en todas las fiestas y celebraciones que hacen en “la casa de la Virgen”. Según nos cuenta Juan Hernández “El Perdiz” es un motivo de orgullo y satisfacción ver como los hijos de Los Sioux continúan con esa amistad que han aprendido de sus padres.

“En ocasiones cuatro generaciones nos hemos juntado en la casa, pues alguno de los amigos se trae a sus padres algún domingo a comer, y como alguno ya es abuelo….” –nos sigue contando Juan “El perdiz”. Él ha elaborado un cuadro con fotos de todos los hijos de aquellos Sioux –alguno de ellos ya con esposa–, cuadro que complementa el de Los Sioux que preside una de las paredes de la casa. Una lágrima de emoción asoma en los ojos de Juan cuando lee el pie del cuadro que dice “¡Nuestros hijos…!”.

Este fin de semana, durante la celebración de la Adoración a los Reyes Magos, hemos vuelto a visitar, como en años pasados, el local de Los Sioux en Las Virtudes mientras participaban como hebreos durante la representación del Auto Sacramental. Poco después se reunían para la comida, y en la foto de rigor se observaba claramente “lo orgullosos que están de sus hijos y recíprocamente lo orgullosos que están los hijos de sus padres”. Hay Sioux para años.

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