Editorial

Permíteme que lo pague yo

Con su firma ratificando el convenio de colaboración entre la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Villena para la financiación de la rehabilitación de la plaza de toros, el Presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ha dado cumplida cuenta de la promesa que realizó ante la ciudadanía de Villena el 21 de mayo de 2007, en plena campaña electoral y seis días antes de las elecciones locales, en las que el futuro de la plaza de toros jugó, sin duda alguna, un papel fundamental.
De este modo, se da un paso definitivo en la concreción del proyecto estrella del equipo de gobierno encabezado por Celia Lledó para la presente legislatura, máxime si, tal y como ha anunciado la propia alcaldesa, las obras comienzan a principios del próximo año y concluyen antes de la finalización del presente mandato, en mayo de 2011. En tales circunstancias, las discusiones sobre los flecos económicos pendientes en este proyecto no son más que los estertores de una polémica que ha venido mediatizando la vida política y social de nuestra ciudad desde hace ya demasiados años. Es muy probable que este proyecto tenga finalmente algún coste para las arcas municipales, ya sean los honorarios por la redacción del proyecto, parte del alquiler del andamiaje o algunas actuaciones previas al comienzo de las obras, pero lo que es innegable es que la Generalitat, tal y como se comprometió Francisco Camps, va a asumir la mayor parte de dicho coste. Así las cosas, y con una inversión relativamente pequeña, Villena recuperará su plaza de toros, tal y como ha demandado de manera mayoritaria su ciudadanía.

Otra discusión es la pertinencia o no de dicha inversión, puesto que existen formaciones políticas, asociaciones y ciudadanos de Villena –muchos– que consideran, consideramos sería más correcto, que ese dinero podría ser mejor invertido, o al menos, destinado a otras actuaciones que desde un totalmente respetable punto de vista consideramos más prioritarias para el futuro de nuestra ciudad, y más aún a la vista de las negras perspectivas económicas y sus consecuencias directas como la destrucción de empleo. Pero aún a pesar de todo esto, lo que es obvio es que Celia Lledó y su equipo de gobierno no han engañado a nadie: su programa electoral les comprometía a restaurar la plaza de toros y eso es lo que piensan hacer. Y en ese sentido, no cabe sino aplaudirles por haber sabido conseguir su objetivo en tiempo y forma. Ojalá el resto de compromisos recogidos en su programa de gobierno arriben al mismo puerto.

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