Salud

Planchar la ropa es el mejor seguro contra algunas enfermedades infecciosas

Se empezó a planchar para evitar el tifus, la fiebre de las trincheras y la fiebre recurrente epidémica

Planchar la ropa representa una actividad cotidiana que para muchos solo tiene un fin estético. Otro grupo de personas realizan esta labor por un tema de higiene, pues consideran que el calor elimina las bacterias, suaviza la ropa, elimina los olores o disminuye el encogimiento.

De acuerdo con la historia, planchamos desde tiempos remotos. Hace unos 2.400 años los griegos usaban un cilindro de metal caliente para planchar. Por otro lado, hace ya unos dos mil años atrás los chinos empleaban sartenes llenas de brasas de carbón para planchar. Hace unos mil años los vikingos utilizaban una pieza de hierro caliente en forma de seta. En el siglo XVIII se desarrollaron planchas con brasas de carbón en su interior.

La primera plancha eléctrica apareció en 1882. Hoy en día hay planchas convencionales, a vapor vertical y centros de planchado. Las primeras son las más económicas y su trabajo es horizontal. A diferencia de estas, la plancha a vapor vertical elimina olores de la ropa y no tiene contacto con las prendas de vestir. Por último, los centros de planchado son más caros, debido a que trabajan con una gran cantidad de ropa.

Estos aparatos han evolucionado mucho en los últimos tiempos, pero constituyen más que una cuestión estética. Planchar puede prevenir diversas enfermedades infecciosas. Esta práctica se implementó a raíz de las millones de muertes que causó la ausencia de técnicas de prevención. Se empezó a planchar para evitar tres enfermedades infecciosas en concreto: el tifus, la fiebre de las trincheras y la fiebre recurrente epidémica.

Planchar la ropa se convirtió en una recomendación que hicieron profesionales médicos a lo largo de la historia para erradicar el vector común de las tres enfermedades mencionadas: el piojo del cuerpo (Pediculus humanus humanus). Se trata de un parásito que vive en la ropa. Este causa mucha picazón y al rascarse, las heces ingresan en la herida. En las heces están las bacterias que desencadenan la enfermedad.

Práctica saludable

Las grandes infestaciones se producen en lugares poco higiénicos con grandes concentraciones de gente, como cárceles, campos de refugiados, albergues, etc. El planchado de la ropa fue una recomendación de profesionales de salud durante la Guerra de Secesión Norteamericana. Esta práctica mataba los piojos y dejaba sus huevos inactivos. Ello sirvió para prevenir el tifus. En la Primera Guerra Mundial esta práctica se extendió, así como la de hervir la ropa.

Con el tiempo, la labor de planchado se generalizó y se consideró una práctica de higiene. Más adelante, aparecieron las vacunas contra el tifus epidémico y se descubrieron los antibióticos, los cuales son bastante eficaces contra los microorganismos causantes de estas enfermedades.

La costumbre de planchar ropa ha contribuido a eliminar los piojos del cuerpo, así como el planchado de la cabeza puede eliminar los piojos de la cabeza. No obstante, la última práctica no se ha extendido.




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