Cartas al Director

PP, contigo una realidad (Carta al director)

Así rezaba el mensaje que aparecía en la campaña electoral del Partido Popular en las últimas elecciones municipales de hace dos años. Tristemente, hoy, el Equipo de Gobierno de Villena se encuentra enfrascado en una lucha interna que amenaza a la gobernabilidad del municipio. De sobra es conocido, a estas alturas, el enfrentamiento entre una parte del gabinete con la otra. Asimismo desde diversas posiciones se viene analizando la “crisis local”, incluida alguna significativa deserción que otra, comentarios varios y especulaciones de todo tipo. Ciertamente el ambiente es complejo y máxime siendo una lucha interna, alejada de los intereses de la población pero que interfiere en dichos intereses.
Mi opinión al respecto es la siguiente. Empiezo con unos ejemplos: 1. Imagínese que varios jugadores de un equipo de fútbol se rebelan contra el entrenador, tachándole de incompetente e incumpliendo las tácticas que les transmite, ¿ganarían muchos partidos?, ¿podrían trenzar buenas jugadas? 2. Supongamos que en una fábrica de coches, los trabajadores de la sección de control de calidad están enemistados, de modo que no se pasan información y no se sabe muy bien el resultado final, ¿estaríamos seguros en esos vehículos? 3. Un matrimonio se divorcia porque no se lleva bien, discusiones, peleas…, pero decide la pareja vivir bajo el mismo techo compartiendo habitación, comedor, cocina… pero con responsabilidad, ¿qué le parece?

Podríamos poner más ejemplos para ilustrar el problema que se suscita en el Ayuntamiento de Villena, pero todos confluyen, a mi juicio, en una situación de “aparente normalidad”, de guardar las formas, pero carente de la complicidad que debiera haber en un equipo cohesionado y en permanente diálogo, y del que se espera determinación en los asuntos locales. No entiendo muy bien cómo los concejales díscolos se plantan ante su jefa de filas y Alcaldesa, y a la vez hablan de llevar responsablemente sus concejalías. Sigo sin comprender cómo la máxima autoridad local pierde la confianza en varios de sus ediles, los aparta de la Junta de Gobierno, y a la par ¡les anima en su trabajo! Se me hace difícil, muy difícil el que este equipo de gobierno tome las decisiones con rigor y seriedad como corresponde al dictado de las urnas. Es de suponer que cualquier actuación que plantee disparidad vuelva a resucitar el enfrentamiento. Dicho así: este Gobierno Municipal de Villena está, presuntamente, bajo sospecha. Me resulta increíble que se haya llegado a esta situación entre los concejales y la Alcaldesa sin que saltasen las alarmas con antelación. Parece inconcebible que nadie haya sido capaz de poner orden, orden de verdad, en este patio, salvo que los intereses particulares hayan sido de tal calibre que primasen por encima de los generales –los de la ciudadanía–.

Lo singular del caso de Villena es que un partido con mayoría absoluta –el PP– se rompe por causas ajenas al propio gobierno, pero que pueden incidir negativamente en la toma de decisiones que afectan a los habitantes de la ciudad. Nadie comprendería, si la crisis va a más, que el PP gobernase con el PSOE o Los Verdes –¿imposible?– dejando fuera a miembros de su propio partido. Permítanme esta broma:¡Antes muerta que sencilla! Aunque sé que la cosa no está para muchas alegrías está claro que “algo” tiene que ocurrir, no es posible dilatar la tensión ni las malas caras porque para finalizar la legislatura aún faltan ¡dos años!. Confieso que se me hace casi imposible de cuadrar la comparecencia pública de los ediles expulsados (“represalia contra ellos”), con las declaraciones de la Sra. Alcaldesa (“comenzaron movimientos políticos extraños”, “de no haber mediado personas con otros intereses…”) y algo más que puede haber entre bambalinas y que son fruto de especulación. ¿Sería deseable que todo volviera como antes?, en mi opinión, rotundamente no, ya que el “antes” supuso el gobierno con prepotencia y el arrinconamiento, cuando no desprecio, de la oposición.

Desgraciadamente –ya se ha dicho– la ciudadanía de Villena no se merece esta intriga. El pueblo llano lo que quiere es que se le den soluciones a sus problemas cotidianos, que se le arregle la calle, el colegio, medidas contra la otra crisis (la seria), el agua, el soterramiento… Sin embargo, en estos casos como en tantos otros, siempre me asalta la duda de cuánta gente habrá preocupada por estas cuestiones. Con episodios como éste, la política y sus actores quedan tremendamente dañados, si cabe aún más; estas trifulcas producen desgana, hastío y cierto cabreo. Para finalizar, en su lema de campaña el PP no mintió: Contigo una realidad. Lo que no sabíamos es que iba a ser una sobredosis de realidad. Por cierto, en los equipos de fútbol, cuando hay problemas en el banquillo, el entrenador es el cabeza de turco.

Fdo: Francisco Tomás Díaz

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