Primer fallecido por coronavirus en la cárcel de Villena
Tu Abandono Me Puede Matar acusa al director del centro de ignorar las recomendaciones de los médicos de la prisión
La asociación profesional de trabajadores penitenciarios Tu Abandono Me Puede Matar - TAMPM, informa que en la madrugada del sábado 10 de abril hemos sufrido el fallecimiento por coronavirus de un interno de 45 años de edad que cumplía condena en la enfermería de la prisión alicantina de Villena, este interno ya padecía problemas de salud previos al contagio por coronavirus.
Para entender la gravedad de la noticia hay que remontarse a primeros de febrero, donde en plena tercera ola la prisión acumuló en torno a 90 positivos, de los cuales sólo dos lo fueron en el departamento de enfermería.
Pues bien, un mes después, ya en la primera quincena de marzo, los ya mermados servicios sanitarios detectan un nuevo brote de contagio en el departamento de la enfermería, donde residen en torno a 33 internos, los cuales debido a sus diversas patologías y limitaciones psicofísicas cumplen la condena en este departamento especial. El brote detectado fue de 22 positivos, dos de ellos graves, los cuales tienen que ser ingresados en el hospital por los síntomas que acusan. Datos que supone una incidencia real de internos contagiados en el departamento de enfermería de un 66%.
Desde la asociación denunciamos que no es comprensible que, en el departamento de enfermería, donde todos los internos allí ingresados padecen problemas de salud importantes, el Director del centro desoyera las recomendaciones de los médicos de la prisión.
Y es que estos, desde enero, le advirtieron que a la enfermería no debía entrar más que el personal imprescindible y necesario. Sin embargo no se restringió ninguna actividad ordinaria y por tanto accedían trabajadores del equipo técnico a realizar entrevistas, demandaderos para hacerles entrega de artículos de ropa compradas por catálogo, personal de limpieza externo, etc. Y todo esto en plena tercera ola.
Falta de efectivos
Los médicos de la prisión de Villena han demostrado una gran responsabilidad y profesionalidad pese a contar con solo 4 efectivos de los 8 que deberían ser. Y es que esta misma semana hemos acusado la pérdida de un gran profesional que ha decidido dejar la sanidad penitenciaria y cambiar de administración después de 30 años de servicio. Y es que los médicos no quieren trabajar en prisión por la falta de reconocimiento, sueldos bajos y por la alta conflictividad y agresividad que existe en parte de la población reclusa.
Fueron los médicos del centro quienes advirtieron e insistieron a la Dirección del centro para que se les hicieran tests a los trabajadores. Pero se rehusó realizar estos tests preventivos a funcionarios, incluso cuando estos habían estado trabajando con internos contagiados y sin saberlo.
En vez de realizar test a funcionarios que trabajan en departamentos sensibles como la enfermería o trabajadores que han estado expuestos a personas contagiadas, se gastaba dinero público en decorar con miles de palmeras el exterior del recinto de la prisión, algo que nos parece bochornoso cuando se está negando la compra de tests para realizar a los trabajadores, a sabiendas que muy probablemente sean ellos quienes sin saberlo por ser asintomáticos, pudieran ser el vector de contagio en el interior de la prisión.
Desconocimiento de la realidad
La administración se excusa con la teoría de que si trabajadores e internos portan la mascarilla no hay riesgo. Esto nos parece un insulto a los trabajadores y un profundo desconocimiento de la actual realidad penitenciaria, por parte de aquellos que nos dirigen desde Madrid y desde muchos centros penitenciarios, y demuestran no ser capaces de vislumbrar la realidad en las cárceles españolas.
Además de que nos sorprende que olviden que los internos en un centro penitenciario están cumpliendo penas de prisión por incumplir normas que la sociedad determina como graves, por lo que cualquier ciudadano entiende que algunos, no todos, difícilmente cumplirán la norma de portar la mascarilla y de mantener la distancia de seguridad, así como otras medidas de protección.
El resultado de no atender los consejos de profesionales sanitarios de la prisión es que posiblemente algún trabajador asintomático, pese a portar mascarilla 24 horas, haya podido ser el vector del último brote de contagios de la prisión y que afectó especialmente al departamento de enfermería con 22 contagios, donde ya son los servicios médicos y no el Director quienes toman el control de la gestión del departamento y lo blindan para evitar al acceso al mismo salvo los trabajadores que se consideraron esenciales en ese momento.
Pese a todo, uno de los internos contagiados de enfermería ya derivado al hospital por su empeoramiento ha fallecido la madrugada del sábado 10 de abril.