La Villena festera y civil está de enhorabuena. La Comparsa Bando Marroquí presentará en la tarde del próximo 30 de agosto, en su local social, su primer Tomo de Historia de la mano de Mateo Marco Amorós.
Este primer Tomo de Historia del Bando Marroquí, y recalcamos lo de primero, es el resultado de muchos años de trabajo y cientos de horas invertidas en la investigación y escritura del mismo; de momentos de gran entusiasmo y otros, los menos e insignificantes por lo anecdóticos, de cierto escepticismo. Resumido el trabajo dice así: 208 páginas de texto, 10 dibujos de Pedro Marco y más de 300 fotografías, la mayoría inéditas. Son veinte investigaciones, la mayoría inéditas, y otras ya publicadas pero revisadas, corregidas y aumentadas.
Me gustaría expresar públicamente mi sincero agradecimiento a todas las personas que han colaborado de alguna u otra forma en su realización. Me estoy refiriendo a más de sesenta personas civiles, festeras, profesionales de la historia y marroquíes. Ellos fueron mis ojos para ver detrás de la colina. A todos mi reconocimiento y respeto.
El objetivo de este Tomo primero es claro y conciso: empezar a escribir de una forma científica, metódica y rigurosa la historia del Bando Marroquí. Este Tomo está erigido sobre la profesionalidad que da el haberlo escrito acudiendo a Fuentes y Bibliografía militar, festera, civil y marroquí. La documentación aportada por la Comparsa es de un valor mayúsculo: el Libro de Cuentas de 1903-1963; Libros de Actas de la Junta General de los años 1928-1951, 1966-1975, 1975-1984, 1980-2002, 2003-Actualidad; Libros de Actas de la Junta Directiva de 1975-1977, 1991-1995, 1996-2005, 2005- Actualidad; Libro del Centenario de 1966; Libro del 125 Aniversario de 1991; Revistas internas del periodo 1956-1962, y 2004-2008; Bando Informativo Marroquí números 0, 1, 2, 3, 5, 6 y Especial 1989; tradición oral y una legión de Testimonios Orales y Colaboradores.
Pero si hay algo que destacar del Tomo I, es lo siguiente. Desde hace unos cincuenta años, las Comparsas asumieron la sana costumbre de escribir su historia y publicarla en Revistas internas y libros. Tras su lectura, en la inmensa mayoría de los casos por no decir en todos, los investigadores realizaron sus investigaciones de forma cronológica: siguiendo el orden lógico temporal, van desgranando año tras año todas las alegrías y penas que han podido ir recapitulando desde sus fuentes. Este sistema tiene sus ventajas -una visión global-, pero también sus inconvenientes: el seguimiento de una variable concreta de la Comparsa se nos diluye e, irremediablemente, los capítulos tienen que ser cortos. Por ejemplo, imagínense que buscamos información sobre una bandera concreta, de la Comparsa x. ¿Cómo podríamos conseguir de un golpe toda la información que sobre esa bandera tiene la Comparsa? Una opción sería leernos el libro entero, para identificar todas las notas que sobre la bandera nos vayan apareciendo. Pero yo quería y quiero poder seguirle el hilo a una persona física o cosa de la Comparsa, la bandera, sin tocar otros temas. Y otro ejemplo: de haber hecho este libro de forma cronológica, a cada escuadra Especial marroquí le hubiésemos dedicado una página y merecen veinte cada una. ¿No lo merecen Tuareg, Almorávides, Beduinas y Zainabs? Pienso que sí.
La solución a la problemática anterior la tenemos en el modelo expositivo, en detrimento del cronológico: si escribimos el libro por capítulos concretos, por ejemplo Banderas, podremos encontrar a la primera y seguir de la A a la Z, todo lo relacionado con las banderas de la Comparsa y en exclusiva, una bandera determinada. Y además publicaremos cada capítulo cuando esté maduro y no cuando toca.
Más de un lector lo habrá adivinado: podemos y debemos escribir 10 Tomos de Historia del Bando Marroquí sin repetir un solo punto. Esa es, precisamente, la visión estratégica de todo este negociado y de ahí que la estructuración del libro no sea cronológica y sí expositiva -o por puntos-.
La cultura ha de ser y será en los Marruecos, punto de referencia para las generaciones venideras.
José Vicente Arnedo Lázaro
El Cronista y Museo
