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Profesport: Si conoces alguna embarazada…

Las embarazadas que practican ejercicio de manera regular durante el embarazo (una minoría, pues un estudio reciente afirma que el 68% no realiza ninguna actividad) favorecen el desarrollo de un corazón más fuerte y sano en sus bebés, según afirma la Fundación Española del Corazón.
Así lo demuestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Kansas City University of Medicine and Biosciences y realizado en 61 mujeres embarazadas sanas de entre 20 y 35 años, de las que 26 practicaban algún ejercicio físico de manera regular, es decir, alguna actividad aeróbica durante más de 30 minutos y con una frecuencia de tres veces por semana. El resto de mujeres llevaban un estilo de vida activo pero sin realizar ningún tipo de ejercicio, lo que significa que no llevaban a cabo ninguna actividad física de manera constante durante los nueve meses de gestación.

A todas las mujeres se les realizó un magnetocardiograma a las 28, 32 y 36 semanas de embarazo con el objetivo de medir el ritmo cardiaco del bebé. Tras evaluar los resultados, especialmente los correspondientes a la semana 36 de gestación, se observó que el ritmo cardiaco de los bebés cuyas madres habían realizado ejercicio era más bajo que el de aquellos cuyas madres no practicaban actividades aeróbicas constantes.

Así, el trabajo muestra que el ejercicio físico que practica la madre afecta directamente en la salud cardiovascular del feto. “La taquicardia del bebé durante el parto es signo de sufrimiento fetal, por lo que si el ritmo cardiaco del bebé se mantiene bajo, dentro de los parámetros establecidos, el riesgo de sufrir taquicardias durante el parto es menor, lo que beneficia al recién nacido y evita complicaciones. Por esta razón, un ritmo cardiaco fetal bajo es señal de un corazón más sano”, destaca el Dr. José Luis Palma, vicepresidente de la FEC.

En el estudio también se observa que la variabilidad del ritmo cardiaco del feto aumenta en el primer grupo y que el beneficio que reporta el ejercicio materno en el bebé no es circunstancial, sino que se mantiene a lo largo de todo el embarazo y también durante, al menos, el primer mes desde su nacimiento. Otro aspecto observado es que el beneficio generado en el corazón del bebé es más evidente entre aquellos cuyas madres habían llevado a cabo más actividad física durante el embarazo. Por lo que parece, las hormonas que se liberan en la práctica de actividad física traspasan la placenta y llegan al feto favoreciendo el desarrollo de su corazón y haciendo que el niño esté más cardioprotegido desde el momento de nacer, destaca el Dr. Palma.

Según estos estudios y la recomendación del ámbito científico de la actividad física y del deporte, la primera pauta la marca el médico, que no contraindica a una embarazada la práctica de actividad física por ejemplo en embarazos de riesgo. A partir de aquí el ejercicios aeróbico (caminar a ritmo moderado, ni lento ni rápido) y modalidades como Pilates orientado a embarazadas (suelo pélvico, musculatura respiratoria, faja abdominal) pueden producir esos cambios deseados en el feto y en la madre, no sólo en el embarazo, sino también en el parto y en el post-parto.

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