Recientemente, un lector de EPdV publicaba un artículo de opinión El Programa Electoral en el cual hace una encendida defensa del equipo de gobierno del ayuntamiento de Villena y, a la vez, un auténtico desprecio a la opinión de quienes no pensamos de la misma forma que su autor. Ni que decir tiene que la libertad de expresión y opinión es básica en un Estado de Derecho como el español, algo que, por lo visto, el autor de dicho artículo de opinión no tiene en cuenta ni en tal artículo ni en otros anteriores en los que, directamente, sacaba a colación la vida privada de una colaboradora de este periódico. Inadmisible.
Lo cierto es que faltando al más elemental respeto por las opiniones distintas, lejos de conseguir lo que pretende su autor, provoca un rechazo mayor entre los lectores.
Si ponemos sobre la mesa los logros obtenidos por el actual quipo de gobierno, obras son amores, cualquiera podría rebatir, punto por punto, todo lo que este señor manifiesta. Al igual que en la legislatura pasada exigíamos al tripartito obras acabadas recuerdo una de las muchas críticas mías al Sr. Ubeda por decir que un porcentaje alto de sus proyectos estaban iniciados, en esta legislatura no podría ser de otra manera. Y buena parte de la razón por la que se debe exigir que las obras estén acabadas es, precisamente, el único argumento que me parece válido de los que se exponen en tal artículo, ese 50.24% de votos obtenidos por la lista de Celia Lledó lista electoral, entiéndase correctamente, que le otorga no sólo la mayoría absoluta, sino un plus de responsabilidad y, por supuesto, de riesgo. Nada hay, a priori, que le suponga obstáculo para lograr sus objetivos. La oposición no está en las Juntas de Gobierno, algo cuestionable pero no reprochable pues el argumento dado por la alcaldesa era, precisamente, que no quería interferencias. No las tiene, lo que tiene realmente es un cheque en blanco.
Prácticamente a mitad de legislatura tenemos lo mismo que teníamos. Si quisiera hacer una comparativa provocadora no quiero diría que tenemos muchos documentos sin membrete, rememorando aquellos reproches que le hacíamos a Tortosa cuando venía con promesas y convenios de la capital. Pero no es eso lo que yo quiero destacar, porque el fracaso de un equipo de gobierno es el fracaso de la ciudad al completo y a mí me interesa la ciudad, no sus gobernantes. No sé si es lo que preocupa al autor de ese escrito. Que la construcción de la piscina ha resultado, a día de hoy, una pifia, podrán utilizarlo electoralmente y para desgaste del PP sus rivales políticos; los particulares, como los que nos damos por aludidos con el escrito de este señor, pensamos que es una pifia para toda la ciudad. Una oportunidad más perdida y me da igual que eso venga muy bien al PSOE o muy mal al PP, lo cierto es que nos viene mal a los ciudadanos en general.
El programa electoral está para cumplirlo, de eso no cabe duda, pero también el sentido común está para aplicarlo y si en su momento se prometió algo sobre una base que, a día de hoy, ha cambiado de forma dramática, no sólo sería valiente sino síntoma de buen gobernante que cuida a su ciudad, adaptar su programa electoral a lo que el pueblo necesita en cada momento. No es que estemos en crisis, es que estamos entrando en una recesión profunda que no sabemos hasta dónde va a llegar.
En definitiva, lo que algunos particulares queremos cuando criticamos la obra de la Plaza de Toros no es desgastar al PP, sino evitar el desgaste de nuestra ciudad. A mí no me interesa un alcalde del PP ni un alcalde del PSOE, lo que yo quiero es un alcalde de Villena.
