Pulp Fiction
Abandonad toda esperanza, salmo 567º
Hace apenas unas semanas que dejamos atrás Mayo Negro y ya ando enfrascado en otro festival especializado, pues sus responsables han tenido a bien invitarme a participar: Bruma Negra, que se celebra en la localidad de Plentzia (Vizcaya) a finales de este mes, alcanza su quinta edición y dedica una especial atención a los orígenes del género policíaco. La organización del evento corre a cargo del ayuntamiento de la localidad y de la revista digital Calibre .38 que dirige el incansable Ricardo Bosque, y tiene en la figura de Juan Mari Barasorda -otro divulgador del noir inasequible al desaliento- a su principal impulsor.
Si dijera que me hicieron una oferta al estilo de Vito Corleone, de esas que no se pueden rechazar, no estaría faltando a la verdad: y no solo porque me entusiasme el tema o, para qué vamos a negarlo, porque en el País Vasco se coma (y se cene) estupendamente; es que me propusieron participar en una mesa redonda sobre los orígenes del género en la literatura pulp, las tiras de prensa y el cine de los años treinta, en la compañía de dos viejos amigos con los que sigo manteniendo el contacto vía redes sociales pero a los que hace demasiados años que no veo en persona: el autóctono Jokin Ibáñez y el granadino Jesús Lens. Con este último, además de la amistad, me une ese vínculo casi matrimonial que es escribir un libro juntos (¿alguien se acuerda todavía de Hasta donde el cine nos lleve?), y con él sigo discutiendo sobre cine a poco que surge la oportunidad; en cuanto a Jokin, y ya que hablamos de cómics del género, fue quien me descubrió a Jacques Tardi, y eso es algo que tampoco se olvida. Por si esto fuera poco, el escritor galardonado con el Premio Bruma Negra como reconocimiento a toda su carrera es mi buen amigo y maestro Mariano Sánchez Soler, al que Jokin someterá a un interrogatorio de tercer grado -así figura, tal cual, en el programa- durante una hora que se promete inolvidable. Como ven, todo queda casi en familia, de nuevo al estilo Corleone. Como para perdérselo, oigan.
Pero para disfrutar, antes había que trabajar... Y es que tras la primera invitación llegó una propuesta a la que tampoco supe decir que no: ante la ausencia de quien debería haber desempeñado tal cometido, el malogrado Javier Coma (que nos dejó en febrero y a cuyo recuerdo homenajearemos esos días), me he encargado de comisariar junto a Josevi Blender y el propio Barasorda la exposición "Pulps Fiction (Las portadas del crimen)" sobre las cubiertas de las revistas pulp donde nació la novela negra y sus respectivos ilustradores, así como las primeras historietas protagonizadas por policías y detectives varios (yo, claro, me he dedicado a coordinar este último apartado). En esta vida no se te brindan muchas oportunidades de ser comisario salvo que ingreses en el cuerpo de Policía, así que me sumé a esta aventura que me ha llevado a descubrir a artistas de la talla de Milton Luros, Rafael de Soto o algunas de las primeras ilustradoras del género, verdaderas pioneras de este mercado editorial, como Irene Endris o Gloria Stoll. Y, claro, también me ha permitido recordar por qué me gustan tanto Dick Tracy y Spirit, volver a comprobar por qué le tengo tanto cariño a los tebeos de EC Comics, o introducir a Batman con toda la naturalidad del mundo (y es que, como saben muchos de mis allegados, yo meto a Batman y a Spiderman en cualquier parte siempre que puedo, aunque aquí el segundo no procedía). Así pues, están ustedes invitados a pasarse a disfrutar de la exposición durante alguno de los seis días en que estará expuesta; pero si se pasan por allí el día de clausura, además podrán escucharnos debatir sobre la misma.
Dicho todo esto, no quiero desaprovechar la ocasión, como prueba de la vigencia de la estética pulp pese a que esta tiene casi un siglo a sus espaldas, de recomendarles el cómic La Sombra 1941: La astróloga de Hitler, protagonizado por el carismático personaje nacido en un serial radiofónico de 1930 que pasaría después a los magazines pulp y a los cómics, donde sería dibujado por autores que están entre los favoritos de cualquier aficionado: Howard Chaykin, Bill Sienkiewicz o Michael W. Kaluta son tres de ellos. Y es precisamente Kaluta (¿recuerdan que ya les enseñé el dibujo de La Sombra que me hizo hace unos años? Lo siento: tenía que decirlo) quien escribe y dibuja (en colaboración con otros dos grandes veteranos: el guionista Denny O'Neil y el entintador Russ Heath; casi nada) esta añeja historia de espías y persecuciones que enfrenta a La Sombra y a sus colaboradores con la mismísima Gestapo, y que se permite explicar la caída del nazismo, si no con más gracia, sí con más verosimilitud, que Quentin Tarantino en Malditos bastardos. Y ojo, esta obra no es ninguna novedad: se publicó originariamente en la década de los ochenta por parte de Marvel, y la edición española que manejo es la remasterizada por Dynamite y que aquí vio la luz hace tres años ya, pero como toda gran obra resulta atemporal y nunca es tarde para acercarse a ella. De la localidad de Plentzia y su festival Bruma Negra les digo exactamente lo mismo.
Bruma Negra V se celebra el 23 y 24 de junio de 2017 en Plentzia; La Sombra 1941: La astróloga de Hitler está editado por Planeta DeAgostini Comics.