¡Qué noche la de aquel día!
Lo decían los periódicos. Lo leemos en "Crónica del siglo XX". Ese libraco, más suplementos, que 1986 y siguientes editó Plaza y Janés. El seis de julio de 1964, Londres sufrió un atasco colosal. La causa, el estreno de "¡Qué noche la de aquel día!". Protagonizada por The Beatles, dirigida por Richard Lester, la película se estrenó simultáneamente en tres salas. Miles de jóvenes sin entradas colapsaron las calles provocando enfrentamientos con la policía.
Habría que haber visto a los responsables de la discográfica DECCA que a principios de 1962, a pesar de la popularidad del grupo en Liverpool y de sus exitosas actuaciones en otros lugares de Inglaterra, los rechazó. "Estos muchachos no tienen la menor posibilidad de triunfar en el negocio de la música popular", dijeron dirigentes de la empresa. Brian Epstein, promotor del grupo, seguía confiando y decidió grabar un disco por su cuenta. Epstein insistía en lo novedoso del conjunto y su capacidad para revolucionar el pop. De "exageradamente optimista" calificaban los medios la previsión del mánager. Sin embargo en noviembre de 1963 los Beatles ocupaban por tercera vez el primer puesto en la lista de éxitos inglesa con "She Loves You". Y en febrero de 1964, con "I Want To Hold Your Hand", el primer lugar en Estados Unidos; llegando, a finales de marzo, a copar con cuatro canciones los cuatro primeros puestos del hit parade estadounidense.
La beatlemanía estaba en marcha. La España "different" no permaneció aislada al fenómeno. A media mañana del dos de julio de 1965 llegaban al aeropuerto de Madrid los "melenudos" músicos. Así los calificaba la prensa patria. Tras una pintoresca acogida sombreros cordobeses, monteras, fotografías en traje de luces... actuaron en Las Ventas. Y al día siguiente, en Barcelona, en la Monumental. Los periódicos hablaban de histeria: "Los chillidos de las jovencitas apenas si dejaban que se oyeran voces e instrumentos de sus ídolos, aunque en realidad para ellas, oír a los Beatles era lo de menos." Concretamente La Vanguardia con cierto desdén paleto y pretendida gracia se refería a su música como "música con melena" y "música sincopada, (...) acaso por los síncopes que produce entre sus oyentes". Para el cronista del periódico barcelonés, con los Beatles "las muchachas alcanzan el paraíso por vía crepitante". Tanto en Madrid como en Barcelona, entre diferentes teloneros, se anunciaba que el grupo sería presentado por el gran "showman" de la televisión, Torrebruno.
Con motivo de estos conciertos, la revista Alameda dedicó algunos artículos al conjunto. En el número de septiembre de 1965, Carlos H. Olmos, tras una breve reflexión aludiendo al escaso éxito de los Beatles en España, especialmente en Madrid, recoge ocho opiniones de jóvenes españoles sobre el conjunto británico. De las ocho, cinco son positivas; acaso con alguna crítica sobre el vestir y melenas. De las tres negativas, llama la atención la de Marcos Yáñez (Oficinista. 18 años): "Cuatro salvajes del ritmo, ídolos de la juventud vacía que corroe el mundo o si queréis cuatro gamberros con licencia, ídolos de la plaga 'ye-yé'". Al mes siguiente se publicarán dos cartas más muy negativas.
El veintiséis de septiembre del mismo año en que los Beatles actuaron en España, la reina de Inglaterra les concedía la Orden del Imperio Británico, provocando revuelo en la sociedad anglosajona. Algunos condecorados, ofendidos por esta concesión, devolvieron sus condecoraciones. Las divisas ingresadas en Reino Unido por el fenómeno beatlemaníaco justificaba la distinción. Por estas fechas, The Rolling Stones ponían en el número uno de la lista de éxitos británica "Satisfaction". Algunos la tildaron de pornográfica. Un honor también para los Rolling que así se viera.