Renfe quiere comerse el mundo
Resulta difícil imaginar qué competidores podrían hacer frente a la experiencia y a los recursos con los que Renfe cuenta en este sector
Hace apenas unas semanas, Renfe anunciaba descuentos de un 30 % para todos los billetes de AVE con destino a Villena durante las populares Fiestas del Medievo, de las más importantes de toda nuestra región. Se trata de la enésima estrategia comercial agresiva de Renfe, que hace temblar al resto de agentes privados del siempre competitivo sector del transporte de pasajeros en nuestro país.
Refleja el hambre que tiene la popular entidad pública de transporte ferroviario de convertirse en el protagonista del sector. Para ello, no escatima recursos en mantener una impecable flota de trenes modernos con servicios cada vez mejores. Tampoco ahorra esfuerzos a la hora de crear de nuevas conexiones ferroviarias. Además, sus 15.000 trabajadores hacen de Renfe un verdadero gigante del transporte. Como vamos a ver a continuación, Renfe quiere comerse el mundo.
Renfe continuará dominando el mercado de la alta velocidad española…
Renfe puede respirar tranquila. Acciona, uno de los pesos pesados que contribuye al movimiento de la cotización Ibex 35, ha decidido que finalmente no va a participar en el mercado de la alta velocidad española tras la liberalización del sector en diciembre de este año. El motivo principal ha sido la dificultad de obtener rentabilidad, especialmente en comparación con el resto de segmentos comerciales en los que opera.
Así que, a pesar de la liberalización, no resulta nada descabellado pensar que Renfe podrá mantener un monopolio efectivo del cada vez más suculento mercado del transporte de pasajeros por tren de alta velocidad. Resulta difícil imaginar qué competidores podrían hacer frente a la experiencia y a los recursos con los que Renfe cuenta en este sector.
…y seguirá apostando decididamente por la internacionalización
Por si no fuera poco con la posición dominante en el mercado nacional, Renfe quiere aprovechar su momento dulce para comerse parte del pastel mundial del transporte ferroviario. Actualmente se encuentra explorando especialmente el mercado estadounidense, que reúne una serie de requisitos que hacen que resulte un mercado muy interesante: ausencia de infraestructuras ferroviarias modernas, pocas conexiones y elevado poder adquisitivo de los usuarios potenciales de las líneas.
¿El último logro de Renfe en suelo estadounidense? Hacerse con el precontrato del AVE Dallas-Houston. Se trata de una operación con un potencial de éxito enorme: 910 millones de ganancia sin prácticamente riesgo, según las voces de los expertos. Un escenario de alivio para Renfe, que todavía sigue arrastrando alguna herida fruto de la demanda inferior a la prevista en la línea que explota en Arabia Saudí.
En resumidas cuentas, Renfe va a por todas tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. A nivel nacional, apuesta por afianzar su monopolio efectivo dificultando la rentabilidad de posibles competidores. En el extranjero, tiene como objetivo hacerse con suculentos contratos de explotación que le aporten una rentabilidad prácticamente garantizada, tras haber aprendido de errores del pasado. Si exceptuamos la actual crisis del coronavirus, que se dejará sentir al menos a corto plazo en el número de desplazamientos, Renfe está en condiciones de mirar al futuro con gran optimismo.