Cultura

Revista de verano II

Llegan las tres y cuarto de la tarde y pienso: ¡Qué lejos queda la Navidad!, mientras pido un café con leche granizado antes de ir a trabajar. También pienso en lo lejos que queda el mar y el río; y también pienso en la cerveza que tomaré a las veinte horas y doce minutos con alguien en algún sitio. Pero son las quince horas y veintitrés minutos en algún día de julio en algún punto de la Avenida de la Constitución de Villena y los dígitos de los termómetros deben rondar los cuarenta grados centígrados, nada nuevo en estas fechas, queridas personas, hace calor, pero se está guay.
Estas últimas semanas las aportaciones villeneras a las redes sociales han venido cargadas de enlaces y fotos del concierto de Iron Maiden en el Wanda Metropolitano de Madrid organizado por la empresa Sufriendo y Gozando –organizadora de los festivales Leyendas del Rock y RaboLagartija, en nuestra ciudad–. Un evento que ha resultado todo un éxito, además de tremendamente satisfactorio, si atendemos a los comentarios de las redes, a la prensa especializada y a la prensa anteriormente conocida como prensa seria.

Aunque poco dura la alegría en casa de la familia pobre, dicen. De modo que a medida que languidecían las menciones al concierto de los Maiden, la empresa Sufriendo y Gozando continuaba en la palestra, esta vez a raíz de la aparición de noticias más o menos explícitas, más o menos objetivas, acerca de su despedida de nuestra ciudad. Imaginen con estas altas temperaturas y con esta sensación de urgencia por el descanso vacacional, el talante y la variedad de los comentarios al respecto cubriendo una amplia gama que lleva del estoicismo al escepticismo, pasando por la altanería y la autosuficiencia hasta llegar a la tristeza y la desesperación. Imaginen tantas mentiras como suposiciones infundadas, tantas justificaciones del libre mercado como acusaciones a las prácticas abusivas por parte de las empresas bien posicionadas en un mercado. Tanta palabrería.

Y es que es difícil imaginar un próximo agosto sin la llegada de estos festivales, más allá de lo que han supuesto para la promoción de nuestra ciudad, más allá de lo que han supuesto en el impacto económico de nuestros comercios y empresas, más allá de la vida que han dado a nuestras calles. Es difícil imaginar un próximo agosto incluso para quienes no han pisado hierba en alguno de estos festivales. Villena será distinta en agosto de 2019. Villena vivirá durante muchos años con esa cicatriz. Es verano, hace calor, pero se está guay.

Enciendo un cigarro y me digo a mí mismo que es verano, que esta es una columna para la Revista de Verano, que hay que tratar los temas con indolencia: no cabrearse, esa es la clave: tómalo con calma, Nota. Todo pasa, Nota. Nunca sabremos la verdad. Nunca sabremos si no conocimos la verdad de todo este asunto de los festivales por oscurantismo o por cortesía, por complejidad o por elegancia, porque nos toman por imbéciles o porque si los ojos no ven el corazón no siente.

Son ya las ocho y un minuto. Afuera hace calor, pero se está guay. Hay mesas en las calles y cerveza y caracoles. Es mejor conocer datos, saber la verdad, sacar las propias conclusiones. Y si no es así, es mejor callar, hacer oídos sordos. Yo me siento agradecido por lo que Sufriendo y Gozando me ha dado a mí y a mi ciudad, me alegro de su éxito en el Wanda Metropolitano y les deseo una larga y próspera vida. También la deseo para Villena, con la conciencia de que para que eso ocurra tendremos que ganárnosla, trabajando mucho, apostando por las ideas y la innovación, pensando en lo mejor para la ciudad, para toda la ciudad. Disculpad, aquí llega mi cerveza. Hace calor, pero no hay que dejar de pensar. Hace calor, pero se está guay.

(BSO Solo los solos. “Hace calor, pero se está wai”).

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