Cultura

Roban una donación del fotógrafo José Ibáñez Martínez “Soli” en el Museo Festero de Villena

La obra donada por el fotógrafo villenense fue sustraída en una reforma del año 2015 y llevaba en el museo 35 años, desde que se inauguró en 1981

A principios de mayo de 2022, tras el fallecimiento del fotógrafo de Villena José Ibáñez Martínez Soli”, se iniciaron los trabajos de digitalización de su archivo fotográfico así como los trabajos de inventariado de sus fotografías en espacios museísticos de la ciudad. En el Museo Festero se han registrado nueve donaciones, una de las cuales fue sustraída de los fondos en la reforma de 2015.

Se trata de una de las primeras copias fotográficas que José Ibáñez Martínez “Soli” realizó del tesoro fotográfico de Villena, una fotografía antigua del siglo XIX, de autor hasta el momento desconocido, descubierta, rescatada, reproducida y dada a conocer por el fotógrafo villenense a principios de los años 80, de gran valor histórico, en donde se puede ver una panorámica de Villena con todos los monumentos importantes de la ciudad, también la desaparecida Torre del Orejón, así como a personajes con la vestimenta tradicional de aquella época.

La obra está formada por seis láminas unidas entre ellas de 39,8 x 29,8 cm cada una y colocadas sobre un soporte rígido. La fotografía completa es de gran formato, de unos 40 centímetros de alto por unos 240 centímetros de largo y estaba enmarcada y protegida con cristal.

Foto cedida para la investigación. Museo Festero de Villena en 1982. La donación de José Ibáñez Martínez “Soli” en la parte superior derecha

El Museo Festero de Villena

El Museo Festero está ubicado en la Plaza de Santiago de Villena, en la sede de la Junta Central de Fiestas, llamada “Casa del Festero”. Fue inaugurado el 24 de mayo de 1981 y reconocido oficialmente con resolución el 20 de mayo de 1996 por la Conselleria de Cultura, Educación y Ciencia de la Generalitat Valenciana como Colección Museográfica.

El 13 de agosto de 2022 a las 13:15 horas, se certifica oficialmente por los responsables y encargados de proteger y gestionar el legado del fotógrafo villenense, junto con la conservadora en ese momento del Museo Festero de Villena, que la fotografía que estaba en el museo desde 1981, tras una intensa y minuciosa búsqueda por todo el edificio, efectivamente, no se encontraba en la Casa del Festero, y por lo tanto, la donación histórica del fotógrafo José Ibáñez Martínez Soli había desaparecido.

A partir de esta certificación oficial, se abre una investigación interna únicamente y solo por iniciativa propia de la familia del fotógrafo y el técnico responsable del proyecto con la finalidad de salvaguardar y recuperar el patrimonio cultural tangible de la ciudad de Villena, proteger y respetar el legado histórico y profesional del autor de la obra desaparecida y esclarecer lo sucedido para incorporar la documentación a la historia patrimonial de Villena, a los trabajos de inventariado del proyecto y a un informe técnico específico relacionado con este suceso.

Toda la información recabada y la documentación aportada para la investigación procede de los testimonios de un total de 25 personas relacionadas con este asunto, la mayoría de las cuales han estado dentro de la institución como presidentes, directivos y responsables del museo desde 1996 hasta la actualidad, 2023.

También se ha recogido información de personas que han mantenido algún tipo de relación con la institución festera y también se ha consultado y extraído información gráfica de las publicaciones Revista Villena, Día 4 que Fuera y webs y redes sociales de la Junta Central de Fiestas y Turismo Villena.

Foto cedida para la investigación. Placa colocada en el Museo Festero de Villena. Reconocimiento por la Generalitat Valenciana como Colección Museográfica.

Reforma del año 2015. El robo de la donación

Durante los primeros meses de 2015 se realizó una reforma integral del museo en un trabajo cooperativo entre los técnicos municipales de Turismo y la Junta Central de Fiestas, transformándolo en algo más accesible para los turistas que visitaban la ciudad e inaugurándose el 21 de mayo de ese mismo año. Para esta remodelación se redujo considerablemente la cantidad de objetos que había en el museo y entre estos objetos estaba la donación sustraída del fotógrafo José Ibáñez Martínez “Soli”.

Todo el sobrante de obras, donado y depositado en el museo desde 1981, fue desperdigado por toda la sede, trasladando algunas donaciones como trajes de festeros e instrumentos musicales antiguos al sótano y las fotografías, cuadros y carteles a la parte alta de la casa, al lucernario, donde fueron arrumbados y amontonados sin ningún tipo de profesionalidad museística de conservación y seguridad, y donde la puerta de acceso a este espacio no tenía cerradura, solamente un pasador, estando siempre la puerta abierta y pudiendo acceder cualquier persona a estos fondos históricos del museo.

Personas consultadas y relacionadas con aquella reforma apuntan que “es posible que el hurto de la donación se produjera antes de ser subida al lucernario del edificio e incluso alguien se la llevara directamente a su casa”, pero no es descartable que también hubiese sido accediendo a este gran tragaluz que siempre estaba abierto, puesto que subrayan que “todo el mundo tenía llave de la Casa del Festero y cualquiera podría haber sido, los directivos, la concejalía, turismo, los embajadores, comparsas para hacer alguna presentación, la persona que gestionaba las sillas y hasta los propios trabajadores de la reforma”.

La donación que hizo José Ibáñez Martínez Soli” al Museo Festero de Villena, expuesta en sus paredes desde hace 35 años, fue sustraída tras esta reforma y antes de terminar esa legislatura en 2016, porque un miembro de aquella junta directiva y responsable de la reforma certificó extraoficialmente que “la donación había desaparecido antes de hacer el inventario final y realizar el cambio de presidencia”. También afirmó que “la fotografía no había sido tirada a la basura ni cedida a nadie”.

La directiva de la Junta Central de Fiestas de 2015, sabiendo fehacientemente que había desaparecido una obra de gran tamaño y de gran valor histórico, mantuvo una absoluta omertà (ley del silencio) sobre lo sucedido, no dio parte al seguro, no denunció los hechos y no asumió la gravedad de lo ocurrido en esta institución tan emblemática e importante para la imagen de la ciudad de Villena.

Fuente: Facebook. Turismo Villena. Última imagen de la donación en el museo el 26 de enero de 2015 durante la reforma. Parte inferior izquierda

Finales del año 2001 principios de 2002. La Ermita de Santa Bárbara duplicada

Durante los trabajos de investigación sobre la desaparición de la donación de José Ibáñez Martínez “Soli”, se descubre que esta donación también sufrió una manipulación extraña entre finales de 2001 y principios de 2002.

Se observó en una fotografía publicada durante la reforma de 2015 por Turismo Villena, en su perfil de Facebook, que en el cuadro desaparecido había un elemento que se duplicaba: se trataba de la desaparecida Ermita de Santa Bárbara, situada justo al lado del Castillo de la Atalaya.

A finales de 1999 y principios del año 2000 se realizó otra reforma en el Museo Festero de Villena, reparándose la cubierta y la fachada, en la planta baja se instaló la cafetería, en la primera planta se ubicó la sala audiovisual y se trasladó el Museo Festero a la segunda planta, lo que antiguamente eran las cambras de la casa.

La donación de José Ibáñez Martínez “Soli”, después de esta reforma, se colocó encima de la puerta de entrada al museo y posteriormente, a finales del año 2001 principios de 2002, cuando una de las comparsas donó su ofrenda al museo, una réplica de la Villena antigua, el cuadro donado por el fotógrafo villenense se ubicó en la pared contigua, encima de esta maqueta.

A partir de ese cambio de pared algo sucedió y la Ermita de Santa Bárbara que aparece en la fotografía, que hasta ese momento solo había una, lo normal, de repente apareció duplicada, permaneciendo así trece años en el Museo Festero de Villena hasta que el cuadro es robado en la reforma de 2015.

Esta manipulación sobre la obra la desconocían las personas encargadas del museo en aquel momento, no teniendo ni idea sobre quién lo hizo y por qué motivo, lo que está claro es que alguien descolgó el cuadro, lo desmontó, quitó las seis láminas fotográficas que componen la totalidad de la obra y cuando fue a montarlo otra vez, no supo hacerlo correctamente, montando la fotografía mal y con la ermita duplicada.

Fotos cedidas para la investigación. Cambio de pared en donde ya aparece la ermita repetida dos veces

Una copia falsa y cutre

A finales de 2004, el personal encargado de hacer el inventario para cerrar la legislatura 2002-2004, digitalizó todo lo que había en el museo e hizo una reproducción fotográfica de la donación de José Ibáñez Martínez “Soli”, según comentan, “por si el museo se quemaba o sufría algún acontecimiento catastrófico”.

Un miembro de aquella directiva facilitó la copia digitalizada de esta reproducción a la familia del fotógrafo y al técnico del proyecto para incorporarla al archivo y a la investigación. Una vez que la familia y el técnico obtuvieron esta copia, procedieron a un análisis comparativo entre esta copia y otras copias que provenían también de una reproducción de la donación que SOLI hizo al Museo Festero de Villena.

Al comparar las copias se descubrieron elementos anómalos a la fotografía donada supuestamente “original” y marcas diferentes de deslizamiento agresivo que registraban un mismo patrón mecánico, y por lo tanto, procedente de un mismo laboratorio fotográfico que evidentemente no era el de SOLI.

El resultado del análisis concluyó que debería de haber una copia madre o realmente original de la que estuvieron saliendo reproducciones, y lógicamente, la copia del Museo Festero de Villena tenía que ser una copia falsa que fue sustituida por la original en algún momento de la historia del museo.

Fotos cedidas para la investigación. La copia de la derecha debería de ser igual que la de la izquierda

La mala conservación de la obra en el museo, intensificada por problemas de humedad relativa y temperatura, hizo que esta copia falsa, reproducida sobre un papel de mala calidad y de gramaje de poco peso, se arrugara con facilidad y dejara una huella como si fuese una huella dactilar, dando información sobre el tiempo que llevaba en el museo.

Tanto a finales de 1999, cuando la fotografía tenía una sola ermita, como a finales de 2001 principios de 2002, cuando la fotografía se manipula y aparece con dos ermitas, ya era una copia falsa. Analizadas fotografías de 1988-1989 también sugieren que ya estaba en aquella época la falsificación.

Fotos cedidas para la investigación. Huellas del papel al arrugarse a lo largo de los años por los problemas de humedad

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