Estación de Cercanías

Se trata de compartir

Acosada por la inquietud que me genera volver a enfrentarme a tu soledad, a la estimulante sensación de sentirme observada por los mil ojos de la responsabilidad, al vértigo del equilibrista en su frágil cuerda, a esa blancura inmaculada que semana tras semana he de llenar con ideas, reflexiones o vivencias, para así acallar en lo posible sentimientos de incredulidad, indignación, alegría, aceptación o negación que satisfagan por escrito mi necesidad de hablar en voz alta aireando interiores que me hagan sentir parte de, regreso a ti.
¡Hola de nuevo! No se asusten, no voy a dar el salto a la narrativa, ni muchos menos me ha asaltado el romanticismo, pero sí, porque de compartir se trata, me gustaría iniciar este retorno describiéndoles algunas de las sensaciones que esta afición de escribir me suscitan. Confío en lograr trasmitirles el corto pero intenso romance que mantengo con mi ordenador y con ese implacable espacio en blanco que semana tras semana debo llenar. Es éste un idilio de grandes contrastes que enfrenta grandes sentimientos, y que a su vez va generando, en voz baja, casi sin darte cuenta, una dependencia que sólo se percibe cuando, como en mi caso, debes apartarla, aunque sea por un breve periodo de tiempo.

Les diré que cuando decidí tomarme estas semanas de retiro voluntario (ceñidas única y exclusivamente a mis circunstancias personales), esperaba encontrar el alivio del que arroja parte de su carga aligerando así su equipaje pero, para mi sorpresa, la sensación de compartir, de apertura y de intercambio que con mi descanso desaparecieron, han sido losas que igualaban en peso a la añorada ausencia de la voz del director que semana tras semanas pregunta por mi salud si el miércoles no he dado señales de vida.

Y así, con los nervios propios del estreno, y con la pesadumbre de haberme perdido uno de los meses más interesantes e importantes para nuestro pueblo de los últimos años, vuelvo. Cuando me marché la actualidad local flotaba plácidamente en un mar de calma huérfano de corrientes y ventiscas que rizaran sus aguas, levitaba en el limbo informativo que han creado los concejales al mando y su forma de entender y llevar a término su labor política obviando la importancia de la participación y opinión social en la labor municipal. Pero el devenir del tiempo y sus acontecimientos es incontrolable, y lo que son las cosas, en apenas cuatro semanas la caja de las maravillas ha sido abierta, (pillándome en el exilio) y todo, absolutamente todo en Villena, o se ha solucionado, o está en vías de, o por lo menos así se está pregonando.

Tal es la imagen que me han dejado como espectadora los últimos acontecimientos que estoy dudando si regresar a opinar, invitar a la opinión y al pensamiento, es lo más provechoso en estos momentos de absoluto éxito y alivio para todos, en estos días en los cuales todos y cada de los problemas que llevamos heredando corporación tras corporación llevan adjuntos el símbolo de validación. Pero yo, desde la barrera del que sólo mira, me ha traído el sabor amargo del que se siente engañado, manipulado en pos de intereses superiores que para nosotros, pueblo, son camisa de once varas. Y como de compartir se trata cuando se quiere enriquecer conocimiento y carácter, cuando se pretende obtener un rédito moral y ético, cuando es el futuro de todos el que está sobre el tapete, eso es lo primero que voy a reclamar, aperturas que eviten dañar nuestra imagen a pesar de que llenen nuestras arcas y verdades dichas sin amputaciones que nos permitan opinar sólidamente sin temor al ridículo posterior.

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