Abandonad toda esperanza

Sitges trasnochado

Abandonad toda esperanza, salmo 406º
"Hoy les hablaré de tres películas que han llegado a los cines tarde y mal. Algunas tan tarde como para que la mayor parte de su público potencial ya las haya visto de una manera u otra con muchos meses de antelación". Así empezaba mi columna del pasado 15 de noviembre con motivo del estreno de Pacto de silencio, Sólo Dios perdona y La cabaña en el bosque; y así podría empezar esta porque volvemos a estar en las mismas. Vaya por delante que le deseo toda la suerte del mundo a distribuidoras pequeñas, independientes y de reciente creación como La Aventura Audiovisual -en este caso, apropiadísimo lo de "Aventura" por lo temerario del asunto-, que se decidió a estrenar el estupendo film de terror metarreferencial de Drew Goddard y Joss Whedon, y que ahora hace lo propio con otra cinta del género: The Woman. Es este un film espléndido que dirige Lucky McKee, responsable de la muy estimable May, a partir de una novela de Jack Ketchum, ese escritor que ha hecho del lado salvaje de Norteamérica la materia primordial de la que beben sus relatos. La suya, la de ambos, es una fábula moral no apta para todos los paladares que empieza dinamitando la sacrosanta institución de la familia (en versión hollywoodiense) y acaba por todo lo alto con un festín gore, ofreciendo de paso un recital interpretativo de todo el reparto, con mención especial para Pollyanna McIntosh, la woman del título.

El film de McKee fue una de las citas inexcusables del Festival de Cine de Sitges... en su edición de 2011, de ahí mi reflexión inicial. Y es que sospecho que, como un servidor, cualquiera que esté interesado en lo que se cuece en el cine de género ya la ha visto muchos, muchísimos meses antes de estrenarse en nuestros cines. Lo mismo ocurre con otra película presente en aquel festival de hace ya tres años y que acaba de llegar a nuestras salas: Apollo 18. Producción estadounidense dirigida por un español, Gonzalo López-Gallego (que no es gallego, sino madrileño), se trata de un ejercicio de found footage (“metraje encontrado”) al estilo de El proyecto de la bruja de Blair pero ubicado en la superficie lunar. No sé si como se ha dicho por ahí se estrena a rebufo del éxito de crítica, público y Oscars de Gravity, pero la película en cuestión poco tiene que ver con la premiada cinta de Alfonso Cuarón y sí mucho con propuestas como Paranormal Activity y otras de corte similar, pasando a engrosar un subgénero que, al menos a mí, ya cansa bastante. Con todo, el realizador demuestra un oficio innegable que justifica con creces el fichaje por parte de la industria yanqui, y que estaba ya presente en la mucho más personal El rey de la montaña (otra que se estrenó en Sitges cuando tocaba, en 2007, y un año después en los cines). Un apunte: la última película de López-Gallego, Open Grave, sigue inédita en nuestras salas pero está en los discos duros de los ordenadores de la mitad de cinéfilos de este país desde hace medio año.

También llega algo tarde, aunque no sea un caso tan flagrante como los anteriores -esta es de 2012-, la nueva propuesta vampírica de Neil Jordan, que también estuvo en el Festival de Sitges... pero en el pasado mes de octubre (a donde ya llegaba con retraso, como se ve). Dos décadas después de atreverse con el subgénero con Entrevista con el vampiro, la adaptación de la exitosa novela de Anne Rice que demostró que se podía revolucionar a la platea adolescente con actores como Cruise, Pitt o Banderas sin necesidad de rebajar la carga terrorífica al estilo Crepúsculo, el cineasta irlandés vuelve a demostrar con Byzantium su capacidad de adaptarse casi a cualquier proyecto con este relato melancólico y un tanto démodé (y esto lo digo como elogio, conste) protagonizado por una madre y su hija, ambas vampiras inmortales, que llevan adelante su bendición o maldición, según se mire, como buenamente pueden. A destacar la sensualidad y la rabia a partes iguales de Gemma Arterton y la arrolladora personalidad de la joven Saoirse Ronan, que a cada nueva película que hace confirma la excelencia que prometía en Expiación y The Lovely Bones... incluyendo otro estreno actual donde también participa: El gran hotel Budapest. Nada destacable esto último, dado que en el film de Wes Anderson participa prácticamente todo el mundo.

Poco antes de escribir estas líneas, me entero de que Good Films y la citada La Aventura Audiovisual se alían para estrenar otros títulos de interés, caso de la muy esperada Upstream Color, que debería llegar hoy mismo a los cines españoles y de la que espero comentarles algo cuando la vea. También pasó por el Sitges del año pasado, pero esta es de 2013, por lo que puede decirse que no ha tardado demasiado; porque si pensamos que sí, igual es momento de replantearse el funcionamiento de los canales de distribución cinematográficos.

The Woman, Apollo 18 y Byzantium se proyectan en cines de toda España.

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