Sobre lo recibido
Trabajando con jóvenes me acuerdo todos los días de Don Bosco. Por la cuenta que me trae
Todos los treinta y uno de enero me acuerdo de Don Bosco. En realidad, trabajando con jóvenes me acuerdo todos los días de Don Bosco. Por la cuenta que me trae.
Entre las muchas máximas que dejó, hay una que tengo grabada para administrar bien el zurrón de mi memoria:
Olvida los favores hechos, pero no los recibidos.
Y precisamente, entre los favores recibidos está todo lo que me dieron muchos Salesianos de Don Bosco. Y como muchos son muchos, que sea D. Jerónimo Lloret, Salesiano de Don Bosco, quien por mi parte cargue con el honor que le debo a todos los Salesianos de don Bosco que he conocido. Sus fuerzas han sido y son mis fuerzas. Y deseo que transmita a todos mi agradecimiento. A quienes aún viven entregándose día a día a la juventud y a quienes nos faltan, velando por nosotros desde el cielo.
Cuando abandono el rezar, egoísta sé que mis Salesianos de Don Bosco rezan por nosotros, especialmente por quienes por profesión nos debemos a la juventud. Favor trascendente entre los trascendentales favores recibidos.
