Cultura

Teatro Chapí. Enero-Junio 2019

Ya han pasado las fiestas navideñas, no ha sido para tanto, hemos sobrevivido sin el Belén y sin las actividades infantiles en la Plaza plurifuncional. Hemos sobrevivido pese a los resultados de las elecciones andaluzas y pese a la libertad condicional de los indeseables de la Manada.
Sobrevivimos pese a la laxa e inconcreta disposición del gobierno en materia de cultura. Y sobrevivimos sin presupuestos, un concepto que parece ser cada día más algo de pasado. En cualquier caso: si no hay programa electoral (si no parece ser determinante para ningún grupo político), tampoco parece muy determinante presentar unos presupuestos: basta con cambiar algunas cifras.

Pero bueno, hablamos de cultura, queridas personas. Y en materia de cultura nadie parece sentir demasiada urgencia por cambiar nada. Salvo las cigarras, es decir, quienes la fabrican, que son quienes se mueren de hambre al llegar el invierno. Pero sin cigarras quienes se morirán de pena seremos el resto, al menos quienes no tenemos estómago para comernos el pienso que echan con palas las televisiones, las radiofórmulas, las grandes productoras, etc. En materia de cultura todos los partidos políticos tienen sus pequeñas miserias que aportar: unos construir edificios vacíos, otros rebajar algunos impuestos. Pero todos los partidos políticos tienen presente la cultura en sus programas, incluso Vox (bueno, ahí me he venido muy arriba).

Que es la cultura, su presencia y su calidad, la única capaz de transformar una agrupación de viviendas en un barrio o una ciudad, es algo que a veces pasa desapercibido. Pero sin cultura un conjunto de edificios no es más que una ciudad dormitorio. Sin cultura incluso el fútbol, me atrevería a decir, no sería nada. Sin embargo la actitud ante la cultura es despreocupada, como ante el aire que respiramos o el agua que sale de los grifos. Es una actitud que da por supuesto lo indispensable y se niega a ver que el aire se pudre, el agua se acaba y la cultura se muere.

En fin, vayamos al grano. Temporada Chapí Enero-Junio. Espero que hayan incluido alguna entrada en sus regalos navideños. Por mi parte he anotado dos citas imprescindibles: la primera en marzo, Lehman Trilogy de Stefano Massini, que nos ofrece una propuesta de tres horitas de duración donde sacan provecho a todo lo que un espectáculo puede aportar. Basta decir que la dirección de Sergio Peris-Mencheta ha llenado todas las butacas durante su temporada madrileña y que las críticas no dejan lugar a dudas. La segunda función pretendida es la que trae La Teta Calva con motivo del Día Internacional de la Mujer (más aplicación de la Ley y menos teatro, dirán, pues sí, qué quieren que les diga). Pero creo que Amelia –que no te corten las alas– es una apuesta sin duda interesante que combina la dramaturgia contemporánea con el trabajo de la compañía de Flamenco Marea Danza.

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