Tengo Prisa
Una persona se encontró a un amigo que corría por la calle: ¿A dónde vas tan deprisa? le preguntó. El amigo respondió: No lo sé pero tengo mucha prisa. Creo que esta es la sociedad que nos rodea, la que vive deprisa y con prisas va y viene. No me parece una sociedad dinámica sino más bien cinemática. Las prisas producen agobios, estrés, nervios y tensión, estos son los típicos tópicos que cuentan los sociólogos. Yo añadiría que las prisas nos privan de la oportunidad de la reflexión.
Seguramente esta semana haya otros temas estrella en los titulares periodísticos de la ciudad, Lotería, gastos... me los salto y aprovecharé este espacio para charlar, de columna a columna, con mi colega leal Andrés (permítaseme este juego de palabras) acerca de sus alusiones a Zaplana.
Hace muchos años, en plena campaña electoral para las elecciones regionales, un amigo y yo hacíamos nuestras apuestas razonadas sobre quien sería el ganador. Yo apostaba por el chaval éste que llevaba una carrera política mejor que la de Alonso en la F1 y mi contertulio senteciaba con el siguiente razonamiento: Para ser President de la Generalitat hay que ser valenciano y valenciano no es el que se empadrona sino el que habla y piensa en valenciano. Ese es el verdadero valenciano, único candidato posible a Molt Honorable y Zaplana no es valenciano, ni piensa en valenciano ni habla correctamente el valenciano.
De los amigos valencianos que tengo, desde mi infancia, a ninguno escuché hablar el valenciano que hoy se propone como oficial, ni a ellos ni a sus padres, tampoco a los abuelos. No lo hacían mientras jugaban a la brisca o julepe en el bar del pueblo, ni en la tertulia del café, ni en el colegio. Siempre he sido castellano parlante, tuve la suerte (mala o buena) de estar en el primer curso escolar en el que se daba valenciano de forma experimental en la E.G.B., curiosamente, saqué la mejor nota de la clase en el examen escrito.
El caso es que la gamberra risotada de mi colega Andrés sobre el hablar valenciano de Zaplana me ha recordado la conversación que les he contado y me pregunto ¿ningún villenero o villenera puede ocupar tan honorable puesto en la Comunitat? Por no ser valenciano pensante ¿ya no soy valenciano? Me pregunto si esta Comunitat, la que llama a los hermanos a que vengan, todos a una voz, para ofrecer nuevas glorias a España, discriminaría aquellas voces castellanas, a estos castellano pensantes.
El tiempo corrigió a mi allegado (esto ya no va con Andrés), Zaplana fue Presidente varias veces y con mayoría absoluta. El debate, años después, sobre la Llengua identitaria dels valencians volvió a corregirle toda vez que aceptó en otra conversación que el Catalán es la lengua del valenciano. Sobre esta nueva base, de Vinaroz a Orihuela, de Ares a Villena, quedamos todos inhabilitados para ser Presidents de la Comunitat pues para serlo habría que hablar catalán y pensar en catalán.
Otra lanza romperé a favor de Zaplana, aunque no estoy de acuerdo con todo lo que hizo y mucho menos con algunas promesas realizadas y que como villenero aún me escuecen, provocó un cambio excepcional en la Comunidad Valenciana, como Rita Barberá lo produjo en Valencia capital o Rodes en Villena que, envidias aparte, ha elevado el prestigio y la autoestima del verdadero valenciano, que no es otro que aquel que desea ver la Comunitat bien guapa, bien bonica al margen de siglas políticas. Reivindico mi derecho y mi deber de ofrecer nuevas glorias a España, desde Villena y en castellano.
Feliz Navidad.