Estación de Cercanías

Tocada de ovarios

A pesar de que una servidora se pasa las fiestas a caballo entre moros y cristianos, repitiendo desfiles, no perdiendo “ripio” ni dejando pasar noches sin bailar, tengo la suerte de conservar –casi– intacto el sentido de la observación y esa mala leche que se me pone cuando por unos cuantos mal educados, por no decir “capullos o capullas”, pagamos todos las consecuencias.
De los comportamientos sociales o individuales de los humanos, uno de los que más me crispa y enfurece es la falta de respeto por el prójimo. Así como esa manía que tienen algunos de confundir momento y lugar para manifestar su contrariedad o su pasotismo. Actitudes que me alteran en mayor medida si la persona en cuestión está haciendo su trabajo o simplemente haciendo la fiesta para otros. Y desgraciadamente (pues viene siendo habitual en cualquier reunión pública que esta bendita Villena celebra), durante las pasadas fiestas he podido apreciar diferentes muestras de esta actitud tan arraigada socialmente.

Unas de las actitudes más irrespetuosas, a mi parecer, que desde la fiesta se ha tenido con la fiesta, la he podido observar en los arcabuceros de la comparsa de Andaluces (a la que pertenezco), quienes han tirado por tierra su respetable postura de dejar de disparar durante estas fiestas (para alivio de mi amigo Aureliano) al escenificarlo en el Pasacalles de un modo totalmente infantil y nada acorde con su papel en la fiesta así como con el momento y el nombre de la comparsa al que representaban. Pero no son los únicos: los también arcabuceros de la comparsa de Labradores mostraban su total pasotismo en la Embajada del pasado día 8 al mantener durante el transcurso de la misma, y en aquellos momentos en los cuales otros eran los protagonistas del acto, un comportamiento distendido entre bromas, conversaciones y risas, conducta común en estos días pero totalmente irrespetuosa con el acto que allí se realizaba y con el publico que intentaba presenciarlo con la atención y respeto que merece. Caso aparte fue la actitud de algunos miembros de la comparsa de Estudiantes durante “La Entrada”, los cuales, con sus mamonadas y seguramente su alterado estado mental, no sólo por el alcohol, fueron capaces ellos solitos de hacer parar a la banda que les acompañaba en el desfile después de que los músicos tuviesen que soportar insultos, “gracias” y tocamientos totalmente fuera de lugar. Seguiré atentamente la evolución de este caso y la reacción de la comparsa ante semejante barbaridad, que solamente merece la expulsión de la misma y así espero que sea por el bien de todos, y la enseñanza que ello conllevará.

Pero con lo de que verdad he alucinado ha sido con un SMS que alguna mente iluminada, de tantas que hay, se encargó de pasar el día 1 invitando a la población a crear un boicot contra el Alcaldesa el día del pregón. ¿Contra la alcaldesa? Pero qué fuerte. Le recordaré al instigador de semejante barbaridad que el boicot era contra todos y cada uno de los Villeneros, Festeros y Visitantes, contra el Pregonero y contra Villena y la imagen que de nosotros habría aparecido en los medios de comunicación. Por suerte para todos, la convocatoria no tuvo el menor éxito, aunque sí se pudieron escuchar silbidos que llegaron a interrumpir a Vicenta Tortosa cuando presentaba a las nuevas regidoras el día 9 por la noche. Qué bien nos iría todo y qué enriquecedor sería si los silbidos y SMS se tradujeran en opiniones serias, expuestas libremente en cualquiera de los muchos medios de comunicación con los que cuenta Villena. El sonido anónimo es muy fácil. El mensajito más todavía. Hablar cara a cara con nombre y apellidos es otra historia.

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