Editorial

Tradiciones pre-festeras

Al parecer, resulta inevitable que, llegadas estas fechas en que Villena se dirige ya inexorablemente hacia su semana más esperada, resurjan como polémicas recurrentes viejos debates que nunca llegaremos a superar. A falta de que Los Verdes cumplan con su “tradición” de criticar la corrida de toros del 7 de septiembre –cuyos carteles y emplazamiento hemos conocido recientemente–, lo que a buen seguro sucederá en próximos días, no son pocos los asuntos en los que la polémica ha tomado parte para no dejar decaer ni en agosto la insufrible crispación que habita de manera perenne en nuestro ayuntamiento.
Para este año 2009, en un ejercicio tristemente marcado por la intensísima crisis económica que tanto daño nos está haciendo, de un modo u otro, a todos, no podía faltar el argumento monetario, tan manido y útil a la hora de ejercitar la demagogia. Así, el recorte de gastos se convierte en un argumento irrefutable para solicitar la suspensión de una corrida de toros que, en otras circunstancias, debería prohibirse por su ubicación, sus infraestructuras o cualquier otro argumento peregrino que se le ocurriera a la oposición, manifiesta y legítimamente contraria a la celebración de este evento en Villena, aunque algunos de sus miembros sean después asiduos de Ferias como la de Hogueras de Alicante.

Del mismo modo, aunque utilizado desde la acera de enfrente, el económico es el argumento esgrimido para recortar los gastos en iluminación y pirotecnia, una decisión correcta que, inexplicablemente, ha acabado por dar origen a otra tradición, aquella que dicta que, llegadas estas fechas, Francisco Abellán, edil de Fiestas, anuncia una cosa públicamente para retractarse poco después y hacer justo lo contrario: el año pasado sucedió con la tribuna oficial para “grandes políticos” y este le ha tocado a los fuegos y la traca de los días 4 y 5 de septiembre…

Sea como fuere, lo cierto es que, tras la tormenta vivida durante los últimos meses, la actividad política va languideciendo a medida que quemamos las últimas etapas previas a nuestras Fiestas. Desaparece de los titulares de prensa, de las conversaciones de barra y de los comentarios a pie de calle, para dejar paso a otro tipo de conversaciones, más lúdicas, que son las que nos irán acercando a marchas forzadas hasta el próximo 4 de septiembre. Hasta entonces, sólo nos queda relajarnos tras la batalla y reponer fuerzas, porque el último trimestre del año se presenta muy duro y va a haber que trabajar de recio para sacar todos los proyectos adelante.

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