Fuego de virutas

Último rescoldo

Queridos lectores, queridas lectoras: Terminando el año, este fuego de virutas, como otras cosas que terminan, se consume. Se apaga. Y al año que viene no será. Cuando en abril de 2011, cerrando "De recuerdos y lunas" anunciábamos la nueva sección, intuíamos que no iba a ser muy dilatada. Ya decíamos que, sin aventurarnos a lo que podría ser, el título –"Fuego de virutas"– delataba futilidad, intrascendencia, juego, artificio, capricho pasajero. El fuego, siempre ávido, consume con rapidez las frágiles virutas. Y el rescoldo de virutas no es nada duradero. Las virutas no sirven para hacer brasas. Lo que ha sido, ha sido.

Sintiéndonos atraídos por un presente entretenido entre azahares, sabíamos que "Fuego de virutas" iba a ser, aun siendo en ocasiones, menos Villena. Por nuestra distancia. Y haciendo inventario de lo que nuestros escritos han sido en estos veinte meses de "Fuego de virutas", al cabo, han sido las cosas que hemos vivido y vivimos, como tantas veces escribiendo: afanes literarios, viajes, referencias o reseñas sobre libros de amigos y libros admirados, glosa a compañeros jubilados, alguna preocupación doliente, llantos ante la muerte, citas, anécdotas, alguna reivindicación perdida, crónicas de exposiciones apreciadas, agradecimientos, añoranzas, tristezas, quejas y denuncias, esperanzas, conciertos, besos, inquietudes, paisajes, pesimismos... ¿Virutas?... Virutas al cabo de lo que vivimos, virutas de lo vivido. Porque a pesar de lo intensamente vivido, a pesar de que quisiéramos aferrarnos con una memoria al cien por cien de todo lo vivido, acaso sólo nos quede, de lo vivido, solaje, serrines.

A lo mejor por esto escribimos, para recordar y perpetuar el recuerdo. Para que el recuerdo no sólo sea solaje, serrines o ceniza, sino madera duradera en la que se inserta la memoria. Escribe Jesús Herrero Yagüe que "los recuerdos siempre mejoran la realidad en la que se apoyan. Incluso la inventan." Lo escribe en su estupendo libro titulado "Algunas reflexiones y otras dudas", libro donde el autor villenense recoge pensamientos muy lúcidos, libro que gentilmente nos regaló el autor y nos entretiene en estos días de Navidad y Fin de Año, libro prologado por Eleuterio Gandía y reseñado en la contraportada por Vicente Valero Costa, conformando un triángulo de amistad y complicidades.

Inventar la realidad recordando no creemos que sea nuestra experiencia como escritor que queremos ser, pero si inventarla es recrearla sí que la inventamos. Porque recrear la realidad forma parte del escribir. Francisco Umbral en su magistral "Mortal y rosa" afirmaba: "Meter la vida en un libro, tomarle medidas al tiempo. Eso es escribir. Darle unas dimensiones convencionales a la existencia. Se manipula el tiempo a efectos artísticos y se reina así, falsamente, secretamente, sobre la propia vida. El tiempo corre cuando se le deja libre. Hay que cazarlo en la ratonera –ratón, el tiempo– de un libro, de un proyecto, de un viaje. El escritor sueña un libro, una mujer, una ciudad lejana e incorrecta."

Reinar sobre la propia vida, organizarla con ayuda de la memoria, fijarla con la publicación. Escribimos y recordamos, recordamos y escribimos. Y revivimos lo vivido. Posiblemente con afán de perpetuidad. Vano afán. Y en esto las palabras, herramienta mágica y esquiva para decir lo que queremos decir. Acertando y equivocándonos. Posiblemente más lo segundo. Terminando el año, amigo lector, amiga lectora, se apaga "Fuego de virutas". No confíes en su estrepitoso calor porque es un calor demasiado efímero. Fíate más del sol que yo no tengo. Os agradezco vuestra fidelidad y condescendencia. Sabéis que no me obsesiona el coincidir en la idea, pero sí el acertar en la forma. Con este pretencioso deseo he escrito y he quemado las palabras.

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba